Machala creció en distintos ámbitos. Durante la última década, esta ciudad se expandió porque su población así lo necesitaba.

Machala creció en distintos ámbitos. Durante la última década, esta ciudad se expandió porque su población así lo necesitaba. Hay más viviendas, más urbanizaciones, y también observamos que conforme avanza la capital orense, se amplía también su actividad comercial, pero su crecimiento resulta desordenado. Después de la inauguración del terminal terrestre, su propio centro comercial destinado a grandes marcas fue el último espacio destinado para el comercio construido con fondos públicos. Ya es momento de contar con nuevos mercados para albergar de forma ordenada y digna a los comerciantes que expenden sus productos en la urbe. Hacia el este, a lo largo de la avenida Ferroviaria, son visibles una serie de micromercados donde ofertan verduras, legumbres, frutas y todo tipo de productos perecibles de primera necesidad. Hacia el norte, a lo largo de la circunvalación norte, desde la vía Limón hasta el monumento a El Aguador, el panorama es similar. Lamentablemente, los responsables de planificar el crecimiento de la ciudad, de buscar su desarrollo urbanístico y el bienestar de los habitantes de la capital orense no lo ven, o no lo quieren ver. Después del desalojo de los comerciantes que estaban en el centro de Machala, en los alrededores del viejo mercado central, la municipalidad no ha podido edificar un nuevo mercado. Improvisó en medio del lodo y los mosquitos un pseudo mercado al que le llamó “Plaza Bicentenario”. Bueno, esa obra empezó a construirse en 2020. Terminaron las fiestas del bicentenario y sigue sin concluir. Otro puñado de comerciantes fueron trasladados, también de forma improvisada, a la sede de la Cámara de Industrias. Al cabo de cuatro años, no hay nuevos mercados que les dé orden y dignidad a quienes venden y quienes compran productos de primera necesidad. Es evidente que esta administración municipal trata con desprecio a los comerciantes. Antes los botaron del centro sin reubicarlos de forma digna, y ahora, a quienes están en La Granja los notifican con desalojarlos sin ofrecerles espacios específicos dónde van a ubicarse. Los machaleños necesitamos espacios cómodos y dignos dónde adquirir los alimentos. Lugares limpios y ordenados que presten las facilidades para hombres, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad, embarazadas. Esta es otra de las tantas deudas pendientes de la actual administración a la que cinco años le resultan escasos para ofrecer soluciones a las demandas de Machala.
