OPINIóN

Editorial: Venezuela y Ecuador


Existe una indignación global por los resultados de las últimas elecciones presidenciales en Venezuela, que dan como vencedor a Nicolás Maduro, según el oficialismo, aunque la comunidad internacional reclama lo que considera un fraude de dantescas proporciones.

Existe una indignación global por los resultados de las últimas elecciones presidenciales en Venezuela, que dan como vencedor a Nicolás Maduro, según el oficialismo, aunque la comunidad internacional reclama lo que considera un fraude de dantescas proporciones.

Son múltiples las razones por las que el mundo está pendiente de lo que ocurra en la nación de Simón Bolívar. La principal tiene que ver con la gestión de sus recursos naturales. En Venezuela está uno de los principales yacimientos petroleros de la región y son apetecidos por las potencias mundiales. En la actualidad, su administración y gestión corre por cuenta de los Estados Unidos, al menos del crudo comercializado a sus multinacionales, como parte de las medidas de salvataje que formaron parte de los acuerdos a los que llegaron para levantar las sanciones económicas que pesaban sobre ese país y que le han permitido hoy decir que son la república en la región que mayor crecimiento económico registra, según el último informe del Fondo Monetario Internacional. Claro, para ello, un factor clave también han sido las remesas que reciben. El régimen mantiene una dualidad monetaria que le permite convivir con el dólar, sin que sea su moneda oficial, tal como lo hizo Argentina en la era del kirchnerismo.

Pero otro de los factores es la configuración del mapa político de la región. Hoy, los eventuales aliados de Venezuela son Brasil, Bolivia y Chile, en Sudamérica. Guatemala, Nicaragua, México, Antigua y Barbuda, Haití, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía Y Surinam, si sumamos a Norteamérica y el Caribe; Rusia, China e Irán, si añadimos al resto del mundo.

No obstante, la preocupación global existe porque el rechazo a la gestión de Maduro es generalizado y derivan en que aumente la diáspora venezolana por el continente, lo que trae consigo otros problemas adicionales a los que ya tienen las naciones sudamericanas. Por eso, será clave la reunión del Consejo Permanente de la OEA, a fin de analizar a fondo las repercusiones de los resultados electorales.

Hay que entender que las sospechas de fraude existen porque no se exhibieron las actas de escrutinio, tampoco se permitió observar el conteo de votos a los delegados de la oposición, sumado a las cuestionables decisiones en torno a los observadores internacionales a quienes ni siquiera se les permitió ingresar al país. En ese ambiente, los venezolanos piden transparencia, porque su objetivo es reencontrarse con los suyos, algo que con la administración actual, saben que será imposible.