León Roldós Aguilera

Lo que ocupa más espacio y tiempo en las noticias y en los comentarios impacta. Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado y los procesamientos que generan, desde la denominación, ya se marcan (casos Encuentro, Sobornos, Metástasis, Purga, Plaga, Nene, Independencia Judicial, Reconstrucción de Manabí, Triple A y otros). Algunos casos son derivados e interrelacionados. Hay algunos vinculados con narcotráfico y otras formas de delincuencia organizada. Hay y habrá jueces, abogados y peritos honestos, pero también de los otros por precio, por miedo y/o por direccionamiento de protectores, fuerzas políticas o poder económico. Las confrontaciones afilan las palabras. Correa, por la publicidad de un encuentro del presidente Noboa con la prefecta del Guayas, para una garantía en crédito de la CAF, sin la cual no había préstamo, lo tachó de “niño ridículo” –expresión que inmediatamente borró–. Noboa lo tachó de celoso y lo calificó de ser “Nerón”, el emperador que simbolizó la decadencia del Imperio romano, tirano, extravagante, cruel, pirómano y matricida, a quien el Senado lo condenó a la crucifixión, por lo que huyó y pidió a su secretario que lo apuñalara. Tenía 30 años de edad y catorce años de emperador. Sus palabras finales habrían sido: “¡Qué artista muere conmigo!”. Pero hay otros temas que conllevan gravedad no siempre entendida. Es el caso de la mora para atender obligaciones de pago. Las principales fuentes de recursos para pagos están en el sector público; sus atrasos arrastran a quienes los sufren en la cadena de pagos, los que también se atrasan y contagian a los que siguen. Verdad que debe auditarse la procedencia de los pagos por el cumplimiento y la calidad de las prestaciones, pero la auditoría debe ser oportuna. Los atrasos en auditorías y en pagos alientan la corrupción para la contratación y pagos.
En el sector de la salud, se han implementado mejoras, pero aún hay gravísimos problemas para la atención oportuna y acertada.
