La izquierda ecuatoriana parece haber entendido que la mejor forma de intentar participar sin pasar vergüenza en las próximas elecciones es mediante una amplia coalición que junte a todas esas organizaciones y partidos políticos que unidos no suman ni el 5% de los votos de cara a las presidenciables de 2025.

La izquierda ecuatoriana parece haber entendido que la mejor forma de intentar participar sin pasar vergüenza en las próximas elecciones es mediante una amplia coalición que junte a todas esas organizaciones y partidos políticos que unidos no suman ni el 5% de los votos de cara a las presidenciables de 2025.
El hecho de que se hayan reunido a dialogar y consensuar ideas es un primer paso importante para tamizar propuestas. El segundo paso es declinar aspiraciones individuales por estar en una papeleta y buscar los grandes acuerdos que den paso a candidaturas únicas. A fin de cuentas, las izquierdas del Ecuador proponen lo mismo, pero con diferente rostro: un modelo estatista, concentrador del aparato productivo, bajo el cuento de la redistribución de la riqueza, que en realidad es el eufemismo para el empobrecimiento colectivo. Si a las izquierdas de siempre se suman otras organizaciones políticas de similar tendencia, pero con arrastre popular, como el correísmo y Pachakutik de Leonidas Iza, podrían tener serias aspiraciones de ganar la contienda de 2025.
Un proceso similar ya lo hizo la derecha, quienes, luego de un amplio diálogo, acordaron que quien iba a liderar sus propuestas era Guillermo Lasso, quien ganó los comicios hace tres años.
Esta unión de las izquierdas no deja de ser riesgoso para la democracia y la economía del país que, de por sí, ya está afectada. En los sectores democráticos del Ecuador también es necesario un amplio diálogo para unificar ideas y pensar con un sentido patriótico que permita recuperarnos económicamente, mediante el combate efectivo contra el crimen organizado y mecanismos de autodepuración de estas organizaciones políticas para evitar la infiltración del narcotráfico.
Si de verdad la clase política del país va a pensar en el Ecuador, es momento que demuestren una primera intención de aquello al deshacerse de sus filas de todo aquel personaje señalado por acciones contrarias a la Ley.
Con una izquierda unida, es imperioso que la derecha también busque unificar conceptos que, si bien es cierto generaría una polarización mayor en el Ecuador, también es real que sería un gran paso para fortalecer la democracia a partir de ideas más que de rostros, además que evitaríamos tener tanto candidato desparramado por la papeleta por quienes no votan ni siquiera sus propios militantes.
