El régimen de Daniel Noboa a estas alturas en tan solo seis meses de gestión ya es el gobierno de las pantomimas. Así como Valentina Centeno sin desparpajo le mintió al país diciendo que en la Asamblea buscaban declarar loco al primer mandatario, otra vez.
El régimen de Daniel Noboa a estas alturas en tan solo seis meses de gestión ya es el gobierno de las pantomimas. Así como Valentina Centeno sin desparpajo le mintió al país diciendo que en la Asamblea buscaban declarar loco al primer mandatario, otra vez, ella misma, sale al frente a mencionar que la vicepresidenta, Verónica Abad, busca un golpe de Estado con las denuncias presentadas por violencia política de género en el Tribunal Contencioso Electoral. Pero, ¿Esta vez a qué obedece esta cortina de humo?
Este anuncio despampanante surge momentos después de que la asambleísta María Fernanda Araujo denuncia la presencia de familiares de funcionarios gubernamentales en altos cargos en la provincia de Chimborazo. Por ejemplo, ella mencionó que el gobernador de esa provincia antes fue director del IESS, cargo del que salió en medio de un escándalo de aparente corrupción. Pero, sobre todo, cuestionó a Mishel Mancheno, secretaria jurídica de la Presidencia, por sugerir la eliminación del Código de Ética de la Función Ejecutiva, medida con la cual, quiere legitimar la presencia de su papá, tío y primo político en la Gobernación de esa jurisdicción. O quizá esta nueva pantomima es para desviar la atención del tapetazo en el Tribunal Contencioso Electoral. Tres consejeros de ese organismo destituyen al presidente y sitúan a la vicepresidenta como titular y asciende a vicepresidente al juez electoral, que tiene a un familiar en ADN de Loja, lo cual genera un conflicto de intereses y causa al menos dudas en torno a la independencia de su proceder.
La consejera del Consejo Nacional Electoral, Elena Nájera, en un comunicado esbozó que la destitución del presidente del TCE “puede perjudicar el proceso electoral que está en marcha”, pues el cambio de timonel en esa entidad “afecta al principal garante de nuestros derechos democráticos”.
El presidente Daniel Noboa juega con fuego. Pero al utilizar de forma reiterativa cortinas de humo para disipar el ruido que generan sus atropellos a la institucionalidad del país lo vuelven predecible y queda expuesto a conocer cuáles son sus reales intereses. El viceministro, Esteban Torres, al ser consultado sobre estos hechos, evadió la respuesta con señalamientos ajenos a la materia sobre la cual era consultado. Pero a fin de cuentas, ese es el rol de la prensa, para visibilizar ante la opinión pública estas intromisiones en otras funciones del Estado que debilitan la democracia.