OPINIóN

Editorial: ¿No hay más?


Por un principio de independencia y alternancia, los altos cargos públicos deben ser renovados de forma periódica. Por esa razón, por ejemplo, la Constitución prohíbe la reelección indefinida en los cargos de elección popular, por más aceptación que tenga un personaje político.

Por un principio de independencia y alternancia, los altos cargos públicos deben ser renovados de forma periódica. Por esa razón, por ejemplo, la Constitución prohíbe la reelección indefinida en los cargos de elección popular, por más aceptación que tenga un personaje político. Un presidente de la República, un asambleísta, un prefecto, un alcalde o un vocal de junta parroquial solo pueden ejercer dos periodos esos cargos. Pero, ¿por qué la medida no se extiende a quiénes, se supone, deben velar por la democracia, los principios de paridad de género y alternancia?, es decir, ¿por qué no se dispone algo similar para los integrantes del Consejo Nacional Electoral? Ya mismo hasta se jubilan en sus cargos Diana Atamaint, Enrique Pita, José Cabrera, Esthela Acero, así como en El Oro, Mario Ruano tiene más de seis años en la Delegación Provincial Electoral de esta provincia como director. Pasarán alcaldes, pasarán prefectos, pasarán asambleístas, pasarán presidentes de la República, pero él sigue ahí. El caso más escandaloso es el del presidente de la Junta Provincial Electoral de El Oro. El señor César Mejía otra vez es presidente del organismo que cuenta los votos. Es el tercer proceso electoral consecutivo en el que él está al frente de esta dignidad. ¿No hay más?, ¿quién controla o regula la alternancia en esta tan delicada función? Es hasta riesgoso que un mismo grupo de funcionarios estén al frente de procesos eleccionarios de forma consecutiva, sobre todo, por la transparencia e independencia que debería haber en cada convocatoria a las urnas. Pero no. En este país son las organizaciones políticas quienes deberían constituirse en las primeras interesadas en velar que estas cosas no se den. No obstante, eso no ocurre. Más bien parece que les agrada tener rostros conocidos en esas dependencias.

Estar tanto tiempo en el CNE genera compromisos e intereses por antonomasia. Claro, como en el pleno del CNE en Quito no se ha dado paso a la renovación de sus consejerías, difícilmente lo hagan con el resto de provincias. A fin de cuentas, todos parecen contentos con tener a los mismos personajes allí. Después de todo, ya tienen sus números de teléfono y saben cómo trabaja cada uno de ellos. En El Oro, todos nos conocemos.