OPINIóN

Editorial: Temor y desinformación


El temor es una sensación habitual en las personas, sobre todo, lo que no conocemos. Con la aparición de una nueva cepa de la viruela símica o viruela del mono, hay temor en los ciudadanos.

El temor es una sensación habitual en las personas, sobre todo, lo que no conocemos. Con la aparición de una nueva cepa de la viruela símica o viruela del mono, hay temor en los ciudadanos, sobre todo, por las consecuencias que puedan existir ante tal eventualidad; y en medio del temor surge la desinformación, que se acrecienta ante el silencio de las autoridades. El miércoles anterior, se filtró un documento del INIAP, en el que se disponían medidas de salvaguardas internas. El contenido del documento oficial se tergiversó y hubo desinformación, rumores y hasta pavor al punto que hubo ciudadanos que exigían clases virtuales. En El Oro nadie da una vocería oficial sobre esta problemática y eso ya es cuestionable por antonomasia. Centralizar la información al órgano estatal permite evitar la tergiversación de datos y hechos, pero no informar desde el territorio da paso a que crezca el rumor.

Por lo pronto, el régimen debe apuntar a informar de mejor manera esta problemática a los ecuatorianos, para erradicar los temores a base de información, con cifras reales, datos útiles, pero, sobre todo, con transparencia y honestidad; y escuchar a los ciudadanos, conocer con precisión cada caso y evitar que la viruela del mono se constituya en la nueva fuente de caos por la desinformación y rumores que abundan en las redes sociales.

Los ciudadanos, de su lado, deben saber y aprender que este tipo de epidemias, sobre todo las nuevas, raras o desconocidas, son el nicho perfecto para que estafadores se aprovechen de ese desconocimiento para infundar temores, y fomentar ideologías o culturas de descrédito hacia los cuidados, tratamientos y hasta vacunas. Ya lo vivimos en la pandemia. Por eso, siempre será mejor apuntar a informarnos por canales oficiales, ya sea del Ministerio de Salud, la Organización Panamericana de Salud o la Organización Mundial de la Salud.

El mundo vive una nueva época y para el efecto, hay que prepararse y adaptarse, solo así se sobrevivirá ante los desafíos que se plantean, sin dejar de exigir el equipamiento adecuado de las casas de salud de nuestra provincia, el número suficiente de insumos, profesionales de la salud y, sobre todo, de medicina para nuestros ciudadanos, pues para eso nos cobran más impuestos.