OPINIóN

Editorial: La fiscal contra la mafia


La fiscal general del Estado, Diana Salazar, lidera una batalla frontal contra el crimen organizado. Los señalados tratan de desprestigiarla a como dé lugar.

La fiscal general del Estado, Diana Salazar, lidera una batalla frontal contra el crimen organizado. Los señalados tratan de desprestigiarla a como dé lugar. Y es que los aludidos salieron en coro uno tras otro. Es visible que aún hay jueces que rinden cuentas a Wilman Terán, expresidente del Consejo de la Judicatura, preso por el caso metástasis. Según la fiscal general del Estado, Terán les dice a los jueces que con el juicio político que se librará en la Asamblea Nacional contra la representante del ministerio público, la destituirán, toda vez que el correísmo asumirá en octubre el control del CAL y se reconfigurará la mayoría parlamentaria. Con esa destitución y el apurado concurso para designar nuevo fiscal que lleva adelante el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, que también tiene mayoría correísta con Sócrates Verduga a la cabeza, pues dejarán en reemplazo de Salazar a alguien que defienda los intereses de los prófugos de la justicia.

En esa cadena de desprestigio a la fiscal sale el medio digital La Posta a acusar a Diana Salazar de tener en altos cargos de la Fiscalía a personas vinculadas con la mafia albanesa. Con su reportaje de El Gran Padrino, el portal buscó dejar el camino expedito para el narcotráfico a su fuente de información, Adolfo Macías, alias Fito, pues el objetivo era deshacerse de los albaneses, quienes tenían ocupado ese territorio.

Son tres frentes claramente abiertos que tiene la Dra. Salazar: la Asamblea Nacional, el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y los medios de comunicación que han sido señalados por las investigaciones que ha librado al frente de la Fiscalía.

La lucha es tenaz y atroz. Un cruce de acusaciones sin cuartel. Pero bien hace la doctora Salazar al ocupar su lugar y no rebajarse al nivel de los mafiosos que la señalan. No puede ponerse boca a boca contra quienes solo quieren salvar su pellejo o sus billeteras. Son tan miserables que hasta llegaron a dudar de su embarazo, del riesgo de su estado de salud y hasta filtraron información íntima. No tienen escrúpulos. A ese fango, la doctora Salazar no puede ni debe llegar. Ella está a otro nivel. Que sigan sus adversarios con sus bochinches y escándalos. Eso está a su nivel.