OPINIóN

Editorial: Alianzas


La normativa vigente regula el registro de alianzas entre organizaciones políticas de cara a un proceso eleccionario. El objetivo es que quienes tengan coincidencias puedan consensuar candidaturas conjuntas que reduzcan el número de listas participantes.

La normativa vigente regula el registro de alianzas entre organizaciones políticas de cara a un proceso eleccionario. El objetivo es que quienes tengan coincidencias puedan consensuar candidaturas conjuntas que reduzcan el número de listas participantes. En el Ecuador, Pachakutik y Centro Democrático confirmaron su alianza para postular un solo presidenciable; Revolución Ciudadana y RETO aplicarán similar fórmula. Resulta exigua la reducción de postulaciones, pues igual es amplio el número de candidatos, pues serían 15 los aspirantes al sillón de Carondelet.

En el caso de El Oro es más conflictivo este tema. De acuerdo con lo consultado, hay inconformidad provincial con lo resuelto por su buró nacional en el caso de SUMA y Pachakutik. El buró nacional de SUMA resolvió que en El Oro vayan en alianza con el movimiento PLAN; mientras que el buró nacional de Pachakutik dispuso en El Oro una coalición con Centro Democrático y con el movimiento SIII. El tema traerá cola, los alejados del primer escaño de la papeleta de su lista por esta decisión son los más inconformes.

Estas disputas internas en las organizaciones políticas ponen en evidencia que hay determinados candidatos que solo piensan en ellos postularse a como dé lugar y no ponen en primer término los reales intereses de los habitantes de este país. Si ni casa adentro logran ponerse de acuerdo para definir a sus candidatos, ¿cómo aspiran a lograr consensos nacionales para ganar una elección o poner en marcha políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos?

Queda claro que la real disputa es por el poder, más que por servir. Y en ese afán de tener poder, en el ámbito político, hay quienes aún creen que todo se vale. Son estos hechos los que decepcionan a los ciudadanos, los que generan apatía entre los ecuatorianos y la clase política. Los padres de familia, obreros, amas de casa, personas con discapacidad, ya no esperan nada de los políticos. En las últimas elecciones inherentes a la consulta popular y referéndum se dio un récord de ausentismo, lo que refleja que la reacción natural de los electores es alejarse, pues su decepción es más fuerte que su espíritu cívico por rescatar a este país desde las urnas.