El régimen de Daniel Noboa, asegura que no habrá apagones este año. El vaticinio lo efectuó Arturo Félix Wong, ministro de Gobierno.
El régimen de Daniel Noboa, asegura que no habrá apagones este año. El vaticinio lo efectuó Arturo Félix Wong, ministro de Gobierno. Según el secretario de Estado, lograron tener a tiempo 341 megavatios. A ello se suma la compra y alquiler de energía por 838 megavatios adicionales, es decir, alrededor de 1179 megavatios. Pero eso no es suficiente para enfrentar el estiaje. Por eso, el régimen generó disposiciones legales para que las empresas privadas puedan generar su propia energía y estableció medidas de compensación para quienes lo hagan. ¿Es suficiente? Según el gobierno, sí. No obstante reina el escepticismo, en especial, después de lo vivido el último sábado, con aquel extenso e imprevisto apagón.
En medio de esta crisis energética, que no se soluciona como el país lo requiere, llega un rimbobante anuncio presidencial con tintes populistas disfrazado de dádivas proselitistas: planillas gratis para los pobres. Claro, el ineficiente CNE y el incompetente TCE, que le deben más de un viaje, una cena, un cargo al presidente Daniel Noboa, no dirá nada sobre esto y todo apunta a que lo dejarán seguir ejerciendo el cargo aún en época de campaña electoral.
Pero el tema de fondo es saber si en efecto está solucionado el problema energético. En realidad, la gran solución no es la generación de energía, con sus incipientes 341 megavatios, o la compra y alquiler por otros 838 megavatios, para lograr insignificantes 1179 megavatios. En realidad, el peso de la crisis energética se lo cargan a la empresa privada, con el decreto ejecutivo recientemente dispuesto por el gobierno.
Solo la industria minera ocupa alrededor de 5.000 megavatios. Si ellos generan su propia energía con cargo deducible de impuestos, ya es un alivio significativo para el gobierno nacional, en función de las necesidades de electricidad del resto del país en medio del estiaje. En realidad, la boya salvavidas al gobierno no se la dan las medidas dispuestas por los tecnócratas, ni la inversión en este sector estratégico, peor la gestión del ministerio de Energía con la compra de electricidad a los vecinos y el alquiler de barcazas, sino es, una vez más, el sector privado el que salva al Ecuador de los apagones, pero el régimen lo oculta y sale más bien a hacer campaña en la víspera electoral con el subsidio a las planillas. El populismo en su máximo esplendor.