Ecuador necesita de forma urgente iniciar una cruzada para el salvataje del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y debe ser liderado desde los afiliados, jubilados y pensionistas, para instar a los distintos poderes del Estado a recuperar a esa institución que hoy padece serios y profundos problemas en cada una de sus aristas.
Ecuador necesita de forma urgente iniciar una cruzada para el salvataje del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y debe ser liderado desde los afiliados, jubilados y pensionistas, para instar a los distintos poderes del Estado a recuperar a esa institución que hoy padece serios y profundos problemas en cada una de sus aristas.
En cualquiera de los puntos cardinales donde funcione una oficina, una caja o un hospital del IESS, hay quejas. El hecho más execrable tiene que ver con el resiente suceso en el cual un roedor atacó a una paciente internada en uno de sus hospitales, lo cual refleja las precarias condiciones en las cuales se registra la atención en esos nosocomios, en especial, los más antiguos existentes en nuestra nación.
El primer paso debe ser cobrarle la plata a los deudores. El principal moroso con el seguro social es el Estado, por tanto, esperanzarnos en que algún político impulse su rescate es hasta ingenuo. Por esa razón, lo que procede ahora es despolitizar el IESS y que desde la ciudadanía se tome el control. Solo notemos que ningún aspirante a la Presidencia de la República analiza, debate o plantea el rescate del IESS, porque no les interesa y quieren seguir utilizando a su antojo el dinero de los afiliados, jubilados y pensionistas.
La exigencia del pago de la deuda estatal al IESS debe llegar acompañado de una política integral que haga sostenible al organismo y eso pasa por modificar la forma de la conformación de su Directorio, así como determinar si procede o no que se generen aportes para incluir a familiares de los afiliados o si se lo mantiene como está en la actualidad.
Además, el Gobierno debe buscar mecanismos para impulsar la inversión que derive en la generación de nuevas plazas de empleo, para reducir la brecha con el subempleo, empleo no adecuado, empleo no remunerado y desempleo, gran deuda de los últimos 15 años.
No hay mejor política de salvataje para el IESS que inyectarle nuevos afiliados y eso solo se logrará con estabilidad jurídica. Lamentablemente, los precandidatos van en contra sentido. Por ejemplo, más de uno habla de cambiar la Constitución. ¿Quién invierte en un país que cambia las reglas del juego cada que quiere?