El Ecuador se enfrenta a una sequía, que, como ya es habitual en nuestro país, las consecuencias la pagan los más pobres.
El Ecuador se enfrenta a una sequía, que, como ya es habitual en nuestro país, las consecuencias la pagan los más pobres. Desde hace al menos un par de años se tenía previsto que después del anunciado fenómeno de El Niño de 2023 ocurra algo de estas características. Sin embargo, los responsables de precautelar la producción y soberanía alimentaria no hicieron las cosas que correspondían.
El Gobierno Nacional no asignó a tiempo a los gobiernos parroquiales, municipales y provinciales el presupuesto para enfrentar la sequía. El ministerio de Agricultura no precauteló la soberanía alimentaria de los ecuatorianos a través de infraestructura adecuada para enfrentar esta etapa que fue anticipada por los organismos respectivos.
Hoy la sequía se traduce en pérdidas de productores, comercializadores, exportadores, es decir, toda la cadena de valor de productos que alimentan a los ecuatorianos y que salen de nuestra patria hacia otras naciones. Y no hay indicios de solución más que las de doblar rodillas y rogar que llueva, porque eso es lo que esperan nuestras autoridades para enfrentar esta etapa del año, pues no se cuenta con las soluciones eficientes ante estas contingencias.
Y encima, los hogares, que ya están golpeados por la recesión, por el alza de impuestos, por los nuevos gravámenes, por el desempleo devenido de la ola de violencia, encima, deben comprar productos de primera necesidad más caros, porque están escasos.
Es indolente e inhumano que la carga del golpe de la naturaleza se lo endilguen en la totalidad al pueblo, cuando son los funcionarios en los distintos niveles de gobierno, quienes debieron dotar de soluciones y alternativas para paliar los efectos que hoy sufren todos.
¿Hay políticas públicas que impulsen el ahorro de recursos naturales no renovables y renovables? ¿Existen directrices claras para el uso eficiente de agua y energía?, ¿Hay una política ambiental de reforestación?, ¿Qué han hecho los gobiernos locales para fomentar el cuidado de los recursos hídricos? Hoy observamos que hay incendios forestales por doquier, y encima, falta de alimentos necesarios para la población. Lo peor es que la problemática está lejos de solucionarse, por tanto, a seguir a la espera de que llueva, así, se recuperan los cultivos y de paso se evitan los racionamientos previstos para este mes.