Más de 130 radares en la país fueron clausurados por presentar fallas técnicas y por ser considerados para un ‘negocio’.
María José Alba Lozano
En un acto simbólico realizado ayer en el sector de La Peaña, cantón Pasaje, el Ministro de Transporte y Obras Públicas, Roberto Luque, supervisó la clausura de los radares de tránsito que habían generado controversia en la provincia de El Oro y en otros lugares del país.
Este evento marca el inicio de una serie de medidas destinadas a transformar el sistema de control de velocidad en Ecuador.
Durante la ceremonia, se impuso un sello de clausura a los radares, señalando que estos dispositivos están ahora fuera de servicio. El Ministro explicó que la proliferación de radares había distorsionado el objetivo inicial de mejorar la seguridad vial, convirtiéndolos en herramientas principalmente recaudatorias para las empresas privadas encargadas de su instalación y gestión.
CRÍTICAS AL SISTEMA ACTUAL
Luque abordó las críticas hacia el sistema de radares, afirmando que estos se habían convertido en un negocio que priorizaba la recaudación de multas en lugar de la seguridad de los conductores.
Afirmó que muchos de los radares estaban ubicados en zonas poco técnicas, como pendientes y curvas, y que la calibración deficiente había llevado a multas injustas. Además, las sanciones a menudo llegaban meses después del presunto incidente y en ocasiones se imponían incluso a personas que no habían transitado por los lugares donde se alegaba la infracción.
“Este sistema ha generado una serie de injusticias. Los radares deberían estar para proteger a los conductores y no para sacar provecho económico. Las multas, además de ser a menudo imprecisas, han puesto una carga innecesaria en los ciudadanos, que enfrentan procesos de apelación tediosos y complicados”, comentó Luque.
MEDIDAS ADOPTADAS Y FUTURAS ACCIONES
Como parte de las nuevas medidas, todos los radares clausurados serán marcados con un cartel visible, y se informará a los usuarios de las carreteras sobre los cambios. El Ministro destacó que cerca de 130 radares fueron clausurados en esta primera etapa, y que se evaluarán otros dispositivos para determinar si presentan fallas técnicas o ilegales.
“Estamos dando un paso importante para rectificar las injusticias que se han cometido. Los recursos recaudados por estos radares no se han reinvertido adecuadamente en seguridad vial. Ahora, nos enfocaremos en mejorar la seguridad de las vías de manera justa y efectiva”, aseguró Luque.
El Ministro también aclaró que la clausura de estos radares no implica un cese total de las medidas de control de velocidad, sino que se implementarán mecanismos preventivos sin el componente recaudatorio que caracteriza al sistema anterior. Los radares que aún permanezcan operativos serán utilizados exclusivamente para informar y educar a los conductores sobre la importancia de respetar los límites de velocidad.