Dr. Juan Quiñónez Solórzano.
María José Alba Lozano
Cada 10 de septiembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una jornada dedicada a aumentar la conciencia sobre la salud mental y las crisis emocionales que pueden llevar a la desesperación. En esta fecha, se busca romper los tabúes que rodean el suicidio, educar a la población sobre las señales de alerta y promover el acceso a recursos de apoyo para quienes están en riesgo.
El Dr. Juan Quiñónez Solórzano, médico especialista en psiquiatría del Hospital General Teófilo Dávila, se abordaron diversos aspectos críticos de esta problemática y las estrategias para su prevención.
LA IMPORTANCIA DEL 10 DE SEPTIEMBRE
Quiñónez explicó que el Día Mundial de la Prevención del Suicidio tiene un propósito fundamental: “Esta fecha nos ofrece una oportunidad para reducir el estigma asociado al suicidio y para promover la conciencia sobre la importancia de la salud mental.” A menudo, el suicidio es un tema cargado de estigmas que impiden a las personas buscar ayuda. Este día sirve como un recordatorio de que el suicidio es prevenible y que existen formas efectivas de intervención y apoyo.
FACTORES QUE CONDUCEN AL SUICIDIO
Contrario a la creencia popular de que el suicidio es una decisión repentina, Quiñónez destacó que suele ser el resultado de un sufrimiento emocional prolongado. Las personas en riesgo frecuentemente enfrentan una acumulación de angustia, desesperanza y dolor que les lleva a considerar el suicidio como una salida. El desafío, por tanto, es identificar estos signos antes de que se conviertan en una crisis que no se pueda revertir.
GRUPOS DE RIESGO
Quiñónez señaló que el suicidio no discrimina por edad, aunque ciertos grupos presentan un riesgo mayor. “Los adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores son especialmente vulnerables,” dijo. Sin embargo, destacó que el suicidio puede afectar a personas de todas las edades y condiciones. Por lo tanto, es crucial estar atentos a las señales de alerta sin importar el perfil demográfico.
SEÑALES DE ALERTA
El especialista enumeró varios signos que pueden indicar que una persona está en riesgo de suicidio. Entre ellos, se encuentran:
Cambios en el Comportamiento: Aislamiento social, pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas y dificultades en el trabajo o estudios.
Alteraciones Emocionales: Cambios drásticos en el estado de ánimo, expresiones de desesperanza o frases como “la vida no tiene sentido”.
Problemas en el Sueño y el Apetito: Insomnio o hipersomnia, cambios en los patrones de comida.
Conductas de Riesgo: Abuso de alcohol o drogas.
Estos signos pueden ser indicativos de una crisis emocional que necesita atención inmediata.
ROL DE LA PREVENCIÓN Y APOYO FAMILIAR
La prevención del suicidio comienza con la conciencia y la intervención temprana. Quiñónez subrayó la importancia de las redes de apoyo, destacando que el simple hecho de escuchar a alguien en crisis puede ser de gran ayuda. “El apoyo emocional es fundamental. Alentamos a las personas a que busquen ayuda profesional y les recordamos que no están solas,” enfatizó.
En cuanto a cómo los familiares y amigos pueden ayudar, Quiñonez recomendó:
Escuchar Activamente: Ofrecer un espacio seguro para que la persona pueda expresar sus sentimientos sin juicio.
Evitar Comentarios Despectivos: No minimizar sus problemas ni ofrecer soluciones simplistas.
Motivar a Buscar Ayuda Profesional: Dirigir a la persona hacia recursos como terapeutas y consejeros especializados.
ACCIONES COMUNITARIAS Y GUBERNAMENTALES
Quiñonez también discutió el papel de las políticas públicas y la educación en la prevención del suicidio. “Es vital promover charlas educativas en escuelas y comunidades para desmitificar el tema y fomentar un ambiente de apoyo y comprensión,” comentó. El estigma asociado a la salud mental a menudo disuade a las personas de buscar ayuda, por lo que la educación y la visibilidad son cruciales para abordar este problema.