Se viene una nueva consulta popular para los ecuatorianos: esta vez nos convocarán a las urnas para decidir si queremos o no queremos que se reforme la Constitución para permitir que se instalen bases militares extranjeras en nuestro territorio, iniciativa que hasta ahora solo ha tenido el rechazo del correísmo, como era de esperarse. Esta consulta popular tendrá que convocarla el régimen que gane las elecciones del próximo año, previo dictamen de la Corte Constitucional y el sentido de esa convocatoria a las urnas bien podría desorientarse o distorsionarse. El objetivo matriz de este planteamiento del presidente, Daniel Noboa, es sumar una estrategia adicional a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Negarse de plano a esta alternativa solo contribuye a las sospechas en torno a las reales razones que están detrás de esa negativa de facto, tal como lo ha evidenciado el correísmo. ¿Qué hay detrás?
Esta semana, la asambleísta de la Revolución Ciudadana, Pierina Correa, sin desparpajo salió ante los medios de comunicación a oponerse a la intención de reformar leyes que permitan juzgar a sicarios menores de edad con el mismo rigor, en cuanto a penas, que a un adulto. ¿Por qué hay tanta indulgencia desde el correísmo con los delincuentes? ¿Qué los motiva a ser piadosos con los sicarios y asesinos? ¿Qué ocultan en realidad? El argumento de Pierina Correa es que el Estado debe velar por esos menores de edad. Recordemos que son ellos, los correístas, quienes dejaron a miles de miles de jóvenes sin la posibilidad de acceder a la educación superior a través de su dichosa prueba de ingreso. Además, les restringió el acceso al trabajo a miles de estudiantes. Hoy se golpean el pecho para defender a los jóvenes sicarios que aún son adolescentes. Basta de hipocresías. Digan en realidad qué hay detrás de tanta indulgencia para los delincuentes. ¿Por qué siempre salen al frente a defender los derechos de los delincuentes? ¿Creen acaso que los ecuatorianos no se dan cuenta de a quienes en realidad ustedes protegen? Su discurso libreteado pone con claridad primero a los delincuentes y después a la gente. Cuando vayamos a las urnas en febrero y en la consulta popular, recordemos a quienes buscan con sus leyes proteger a los delincuentes.