OPINIóN

Editorial: Crisis


A las puertas de las elecciones de 2025, debemos preguntarnos: ¿Tengo trabajo?, ¿Soy feliz en este país?, ¿Estamos mejor que hace dos años?,

A las puertas de las elecciones de 2025, debemos preguntarnos: ¿Tengo trabajo?, ¿Soy feliz en este país?, ¿Estamos mejor que hace dos años?, ¿En qué ha mejorado nuestra nación?, ¿quién me puede dar algo mejor de lo que tengo? Debemos identificar a cada personaje que aparece en la papeleta, a fin de saber: ¿Es idóneo para el cargo?, ¿tiene la preparación suficiente?, ¿tiene probidad notoria?, ¿Es honesto u honesta?, ¿De qué vive?, ¿En qué trabaja?, ¿Cómo genera ingresos?

Y un tercer eje de reflexión antes de votar tiene que ver con lo que queremos para el país, y para saber lo que queremos, tenemos que interrogarnos, ¿por qué le compramos energía a Colombia?, ¿Por qué aún en sequía, Colombia sí tiene energía y Ecuador no?, ¿Por qué en noviembre le vamos a comprar energía a Perú?, ¿Por qué ellos sí tienen energía y nosotros no? Entonces, si somos acuciosos, probablemente entenderemos que en ambas naciones no impera el papá Estado, sino que se da paso a iniciativas privadas, para que inviertan en sectores estratégicos y generen su propia energía, de tal forma que lo que genera el Estado alcanza al igual que lo privado, hasta para vender a los vecinos.

También debemos tener claro que si queremos nacionalizar los recursos estratégicos, se lo puede hacer pero demanda de mayor inversión, tanto para darle mantenimiento, recuperar y mejorar la infraestructura existente, que es subutilizada, y, además, invertir en nuevas y mejores plantas generadoras de energía, independientemente de cuál sea la matriz: termoeléctrica, hidroeléctrica, gas en tierra, eólica, fotovoltaica. ¿Por qué hay que construir nuevas plantas? Porque la población aumentó, las industrias aumentaron, por tanto, existe una mayor demanda de electricidad. ¿Estamos en condiciones de hacerlo? Solo si llega un Rafael Correa en modo 2006, para desconocer la deuda externa, no pagarla, y dejarla que la paguen los sucesores; para coger la plata de los afiliados, jubilados y pensionistas, no pagarles y dejarle la deuda a sus sucesores; para coger la plata de los cuenta-ahorristas, que no se debe tocar; quizá es viable hacerlo. Pero para una persona honesta, evidentemente no. Por eso es clave la inversión privada de forma urgente. Ya dependerá de cada ecuatoriano qué es lo que quiere para el país.