OPINIóN

Editorial: Intereses e interesados


¿Es tan buen negocio ser candidato?, ¿Cuál es el interés que está detrás de lograr un escaño en la próxima Asamblea Nacional o en el Parlamento Andino o en la Presidencia de la República? Hay un récord de candidaturas a todas las dignidades. ¿Por qué?, ¿Para qué?

¿Es tan buen negocio ser candidato?, ¿Cuál es el interés que está detrás de lograr un escaño en la próxima Asamblea Nacional o en el Parlamento Andino o en la Presidencia de la República? Hay un récord de candidaturas a todas las dignidades. ¿Por qué?, ¿Para qué?

En la Asamblea Nacional, hoy, por ejemplo, hay organizaciones políticas o bloques parlamentarios que no definen su postura de cara al juicio político iniciado contra la ministra del Interior, Mónica Palencia. En el interín aparece el ministro de Gobierno, Arturo Félix, a mencionar que hay asambleístas que piden cuotas de poder al régimen a cambio de su voto. Pero eso no es lo peor. Lo más llamativo de todo es que a nadie le asombra tal aseveración, porque al menos una buena parte de los ecuatorianos sí considera que sus representantes en la Asamblea Nacional, con honrosas excepciones, sí pueden ser capaces de poner en venta sus conciencias.

Es bochornoso que en una lista de candidatos a asambleístas aparezca el nombre de una persona investigada por la justicia ecuatoriana y que es señalada de ser un aparente testaferro de un narcotraficante. Como también es vergonzoso que a uno de los aspirantes a la Presidencia de la República le fue retirada su visa a Estados Unidos por tener supuestos nexos con el crimen organizado, en el denominado caso de los narcogenerales. Incluso, su nombre aparece en el Caso Encuentro, cuando solicita al expresidente prófugo respaldo político para llegar a la primera magistratura del país y éste a cambio le pide que realice amotinamientos en las cárceles. Ese diálogo ocurrió, según el expediente de la Fiscalía, cuando Lenín Moreno era presidente del país. Meses después se desató la peor barbarie carcelaria que haya existido en la vida republicana del Ecuador.

Es momento de discernir de forma adecuada quiénes quieren llegar a ocupar cargos públicos. Escudriñar sus patrimonios juramentados, su pasado político, económico y social.

Ecuador hoy vive una ola de violencia en sus calles, los hogares no tienen ni siquiera energía eléctrica, no hay empleo, además, los impuestos suben cada vez más y encima, una deuda externa impagable. ¿Qué hacemos para cambiar esa historia? No podemos caer más bajo, pero el cambio depende solo de nosotros, a través de la poderosa arma democrática: el voto.