El círculo que rodea al presidente Daniel Noboa no solo tiene ciego al primer mandatario, sino que parece que también ellos lo están.
El círculo que rodea al presidente Daniel Noboa no solo tiene ciego al primer mandatario, sino que parece que también ellos lo están. El fracaso de la cumbre de mandatarios deja en evidencia el profundo rechazo generalizado de la región por la pésima gestión gubernamental que lleva adelante la primera magistratura del Ecuador.
El conflicto con México, las asperezas con Colombia, la desatinada carta a la Organización de Estados Americanos, y, en especial, la impresentable actuación con la vicepresidenta Verónica Abad, son razones más que suficientes para recibir desprecio, sin importar si en esos regímenes impera la derecha o la izquierda.
Los gobiernos de la región le dicen: ¡No al autoritarismo!, ¡No al rompimiento del orden Constitucional!, ¡No a las dictaduras!
Y es que tanto el señor presidente como su gabinete entero, debe entender que rechazar la absurda, autoritaria e inconstitucional suspensión de funciones de la señora vicepresidenta no implica apoyar o respaldar la gestión de la segunda mandataria, sino condenar con entereza las actitudes antidemocráticas y dictatoriales emprendidas por el presidente Noboa.
Lo más inverosímil es que Valentina Centeno, quien lidera la bancada de Acción Democrática Nacional en la Asamblea, aparece para tildar de traidores de la patria a quienes critican la cumbre, en especial, por la ausencia de los mandatarios, cuando lo que corresponde ahora es mirar hacia sí mismos y rectificar.
Todo esto se desarrolla mientras las calles están cada vez más calientes, con una movilización masiva del movimiento indígena, que rechaza las actuaciones presidenciales. Ya veremos cuál es la reacción gubernamental, pues, si bien es cierto, el país condena la violencia con la que fue destruida Quito en 2019 y la forma cómo se llevó a cabo la protesta en 2022, también es real que, en ambas ocasiones, los gobiernos demócratas de Lenin Moreno y Guillermo Lasso sí permitieron a los manifestantes ejercer su derecho a la resistencia.
El rostro visible de estas movilizaciones es Leonidas Iza, que suma a su posicionamiento político como líder de la oposición una querella contra el expresidente, Guillermo Lasso, por haberlo tildado de terrorista. ¿El presidente de la Conaie podrá situarse como el líder de la oposición?, ¿o volverá a ser quien realiza el trabajo sucio del que otros se adueñan?