OPINIóN

El debate persistente por el tamaño del Estado


Jhon Campuzano

Con motivo del Día del Economista Ecuatoriano, celebrado el 23 de noviembre, la Universidad Técnica de Machala, a través de su Carrera de Economía, avaló una actividad académica destacada para docentes, estudiantes y el público general. El tema central fue: “El Rol del Tamaño del Estado” Tópico que sigue siendo crucial en el pensamiento económico y político de las últimas décadas. Economistas liberales como Friedrich Hayek y Milton Friedman han advertido sobre los peligros de un Estado obeso. El que lejos de promover el bienestar general, puede convertirse en un Leviatán insaciable, que consume los impuestos para mantener una burocracia cada vez más costosa. Friedman afirmaba que “ningún gobierno gasta el dinero de otra persona tan cuidadosamente como lo gasta el individuo”. Más Estado, ministerios o empresas públicas, no es sinónimo de mejor vivir para las personas. Un aparato estatal grande, financiado por crecientes impuestos, no solo desalienta a los empresarios creadores de empleo, sino que vuelve dependientes a miles de personas que creen que el Estado debe garantizarles derechos o aspiraciones personales. Por otro lado, Hayek, en Camino de Servidumbre, alertaba sobre cómo la concentración de poder en manos del Estado puede llevar al autoritarismo. Para él, la descentralización y la competencia eran esenciales para garantizar la eficiencia y preservar las libertades individuales. En la actualidad, en Ecuador, la proliferación de ministerios y leyes que regulan la actividad productiva suele percibirse como el camino hacia la prosperidad, aunque los resultados siempre son cuestionables. El Leviatán moderno no se limita a las funciones básicas de protección y justicia de un Estado eficiente. Por el contrario, se extiende a áreas que bien podrían ser asumidas por el sector privado, como la educación, la salud y los servicios básicos. Escribir esto es una blasfemia para los defensores de la extrema izquierda colectivista. Lo cierto, es que los servicios desde lo público solo sostienen estructuras ineficientes y una menor calidad en los servicios ofrecidos, largas esperas para pedir medicina o electricidad se evidencia cada semana en Ecuador. Los defensores del intervencionismo argumentan que un Estado grande puede garantizar igualdad y estabilidad, pero estas ideas se quedan en el papel de las campañas electorales. Los ejemplos de economías que han reducido la intervención estatal, como Singapur o Suiza, demuestran que es posible combinar prosperidad y eficiencia con un gobierno limitado.