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300 personas con insuficiencia renal no podrán realizarse diálisis


Más de 300 pacientes se verían afectados al no recibir el tratamiento de diálisis en prestadora de servicio ubicada en Santa Rosa entre Boyacá y Pasaje. Foto de Cortesía

María José Alba Lozano

Más de 300 pacientes que reciben tratamiento de diálisis en una clínica ubicada en la calle Santa Rosa, entre Boyacá y Pasaje, se encuentran en estado de alerta y preocupación tras ser notificados de que el servicio podría interrumpirse a partir de este viernes. Según los pacientes, la razón principal sería la falta de renovación del contrato con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Varios de los afectados expresaron su angustia por la situación, resaltando que sin la diálisis, un tratamiento vital que deben recibir tres veces por semana, su salud podría deteriorarse rápidamente y, en algunos casos, resultar en la muerte.

William Armijos, uno de los pacientes afectados, explicó: “El día de hoy en la tarde, cuando llegamos a dializar, nos comunicaron los directivos de la clínica que hasta el día viernes tendremos el servicio de diálisis. Esto es porque somos pacientes del IESS y no han renovado el contrato. Imagínense, si la próxima semana no nos dializamos, vamos a tener muchos problemas. Lo que quiero decir a los directivos del IESS es que por favor firmen ese contrato, porque somos más de 300 pacientes que nos dializamos aquí. Caso contrario, quiero dejar claro que si alguien fallece por no recibir su diálisis, serán responsables. Ellos serán responsables ante el pueblo.”

Armijos añadió que la deuda y la falta de renovación del contrato son las principales razones de la interrupción del servicio, aunque también mencionó que se desconoce la cantidad exacta de la deuda. “No estamos mendigando, hemos aportado durante años al seguro. Esto es un derecho que tenemos, no una caridad”, recalcó.

José Herrera, otro de los pacientes, también se mostró indignado por la falta de respuestas claras por parte de las autoridades: “Queremos pedir al seguro que firme el convenio, porque ellos no viven la desgracia que estamos atravesando. Esta no es cualquier enfermedad, es catastrófica. No estamos pidiendo caridad, es nuestra plata la que está en el seguro, es el derecho a la vida. Si no nos hacemos diálisis, nos morimos, así de fácil”, dijo.

Los pacientes, en su mayoría adultos mayores, temen que, de no recibir el tratamiento necesario, su salud se vea gravemente comprometida. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro inmediato de su tratamiento sigue siendo una constante. “No nos han dado ninguna solución. Nos dicen que hasta el viernes, pero no nos informan qué sucederá después. Nadie se ha acercado a hablar con nosotros”, expresó.

Por su parte, Henry Cabrera, familiar de un paciente, hizo un llamado a las autoridades: “El seguro tiene que responder por esta situación. Mi papá es una persona afiliada que ha aportado durante años. Tiene derecho a ser tratado con dignidad y respeto. No nos pueden dejar así. Si el servicio no se renueva, necesitamos una solución inmediata, como el traslado a otras clínicas.”

La situación se complica aún más debido a que, según Cabrera, el costo de la diálisis en una clínica particular asciende a unos 80 dólares por sesión, lo que implica un gasto semanal de 240 dólares solo por tratamiento, sin contar los costos adicionales de medicinas.

Judith Ruilova, una de las pacientes afectadas, también expresó su preocupación: “Yo soy del Ministerio de Salud, pero también me afecta esta situación porque sé lo que es padecer esta enfermedad. Si un día no recibimos nuestra diálisis, nos ahogamos, nos llenamos los pulmones de agua. Nosotros nos realizamos el tratamiento tres veces a la semana, y si no se nos da, la situación es crítica. Me dijeron que hasta el viernes estaremos cubiertos, pero si no hay solución, mis compañeros se quedarán sin diálisis.”

Hasta el momento, no se ha recibido ninguna respuesta oficial de las autoridades competentes ni del IESS. Los pacientes, junto con sus familiares, aseguran que continuarán luchando para que se garantice el acceso al tratamiento que necesitan para sobrevivir.