El tabernáculo de la catedral de Notre Dame en Paris, diseñado por Guillaume Bardet, en una fotografía del 29 de noviembre de 2024, después de obras de restauración.
La catedral de Notre Dame de París desveló este viernes su nuevo "resplandor" al mundo, cinco años después de un devastador incendio, durante una visita del presidente francés, Emmanuel Macron, ocho días antes de su reapertura.
A la espera de que turistas de todo el mundo recorran de nuevo la nave de esta obra maestra del arte gótico, televisiones francesas e internacionales retransmitieron la visita de Macron, desvelando así el interior restaurado.
"Es sublime", aseguró el mandatario al descubrir la catedral, que consideró como "mucho más acogedora" tras la limpieza de la suciedad acumulada durante décadas en sus piedras.
Un incendio destruyó el órgano y las vidrieras de la catedral de Nantes
El público deberá esperar todavía poco más de una semana para acceder al templo. Las ceremonias religiosas y laicas de reapertura están previstas el próximo 7 y 8 de diciembre, antes de que las puertas se abran al mundo.
Francia invitó a numerosos dirigentes extranjeros, aunque todavía se desconoce quién asistirá. Sin embargo, el papa Francisco ya anunció que no estará presente.
La presidencia francesa no había ahorrado en calificativos para presentar la visita de este viernes: "resplandor", "fascinación", vista "impactante", "fuegos artificiales de colores", etc.
Y prometió un espectáculo sobrecogedor y un contraste sorprendente con la "bóveda abierta", la "basura carbonizada" y el olor "insoportable" que Macron descubrió la noche del incendio, el 15 de abril de 2019.
Las llamas arrasaron el tejado y el armazón de la catedral, uno de los monumentos más visitados de Europa. Su icónica aguja, construida por Viollet-le-Duc en el siglo XIX, se derrumbó y se reconstruyó de forma idéntica.
Las imágenes del incendio, cuyas causas todavía no se han identificado, dieron la vuelta al mundo. Macron se comprometió a reabrir el edificio en un plazo de cinco años, lo que suscitó cierto escepticismo en su momento.
Ahora presenta su reapertura como el colofón de un año de "orgullo francés", tras el éxito de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París-2024, y en un momento en el que el mandatario está debilitado políticamente.
"Ustedes ven la catedral como nunca la han visto", "cinco años después de la visión de la desolación", aseguró Philippe Jost, responsable de la restauración, durante la visita.