Ángel Orellana Flores
Transita el último año de administración 2021 – 2025 en la CCE Núcleo de El Oro, y es imperativo realizar un análisis de los avances y desafíos que han surgido en este periodo. La provincia, tradicionalmente se ha enfocado en actividades comerciales y económicas, pese a la gran riqueza cultural que alberga y que ha sido inexplorada durante toda su historia. La administración que finalizará en unos meses, y que ha estado al frente de la casa de la institución, presentó un plan ambicioso de acciones, que ha sido relegado desde sus inicios; dejando de lado una oportunidad valiosa para promover el desarrollo de la cultura en la provincia.
En relación con lo anterior, cierto es que, la falta de presupuesto y las condiciones adversas actuales han afectado al sector cultural en todo el país. Aunque, la administración actual, conocía de estos desafíos y dijo que tenían una solución holística para la problemática. Si nos ponemos a leer con detenimiento el plan de trabajo propuesto por quienes están ahora mismo dirigiendo los destinos de la casa de Carrión en El Oro, es una propuesta sin lugar a dudas para transformar en 180º la cultura, pero como dice el viejo adagio “del dicho al hecho hay mucho trecho”. En este sentido, la ausencia de una planificación adecuada y la incapacidad de llevar a la praxis su propio plan de acciones, se han transformado en obstáculos que han limitado el progreso cultural durante los últimos cuatro años.
Desafortunadamente, el ambicioso plan solo fue “propuesta de campaña”. De las 20 propuestas macro, que se subdividen en casi treinta acciones específicas; abarcando áreas como las artes, radio tv, danza, museos, investigación, dotación de recursos a las extensiones cantonales, estudio de grabación, premios para montajes teatrales de forma anual, entre otras; casi nada se ha implementado, según lo que se puede revisar en los datos publicados por la institución.