OPINIóN

Crisis multifactorial que enfrenta el Ecuador: Una mirada desde la Psicología Clínica


Melany Arévalo Armijos

La pandemia del COVID-19 aumentó la prevalencia mundial de ansiedad y depresión en un 25%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). A esto se suma la creciente ola de violencia e inseguridad que azota al país, generando un ambiente de constante temor e incertidumbre. También, sabemos que una crisis energética reciente, sometió a el Ecuador a apagones de hasta 14 horas diarias. Esta serie de eventos ha ubicado a la población en una situación de vulnerabilidad. Según el INEC, el 41% de la población experimentó síntomas de ansiedad en 2020, cifra que se mantiene elevada hasta la actualidad. Dentro de este editorial, se busca informar y concientizar sobre cómo estos factores influyen en el posible desarrollo de síntomas de ansiedad generalizada y la necesidad de fortalecer la salud mental en el país.

Cabe recalcar que, los síntomas de ansiedad generalizada se manifiestan como una preocupación constante y excesiva sobre diversos aspectos cotidianos de manera persistente. Según la OMS (2023) la ansiedad es una reacción emocional ante situaciones de amenaza que, cuando es muy intensa, puede volverse desadaptativa. Por otro lado, World Vision Ecuador (2024) destaca que la exposición constante al estrés y la ansiedad puede manifestarse en síntomas físicos, afectando la productividad y el bienestar general.

Además, la crisis multifactorial ha impactado significativamente la salud mental en Ecuador. Datos del Ministerio de Salud Pública indican que las consultas por ansiedad y depresión aumentaron un 58% entre 2020 y 2023, evidenciando la necesidad de fortalecer los servicios de salud mental en el país. Dado que, la combinación de factores como la pandemia, la violencia y la crisis energética ha creado un entorno que exacerba los problemas de bienestar mental, se debería considerar urgente que las autoridades prioricen la salud mental como tema de interés público, para abordar las causas estructurales de esta problemática. Desde la psicología, es fundamental promover la psicoeducación y la prevención tanto a nivel individual como comunitario. Por ello, hacemos un llamado a la comunidad para que reconozca la importancia de cuidar su salud mental y busque apoyo profesional cuando lo necesite.