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30 privados de libertad están en aislamiento por tuberculosis en la cárcel de Machala


En la cárcel de Machala 30 personas privadas de la libertad permanecen en aislamiento por tuberculosis y en el hospital Teófilo Dávila seis reos ya han sido hospitalizados por esta causa.

“En la cárcel de Machala están en aislamiento 30 personas privadas de libertad. En este penal se delimitó un área en la que permanecen las personas contagiadas con tuberculosis y en donde reciben su tratamiento”.

Ivette Coronel Ojeda

En el Centro de Rehabilitación Social No. 1 El Oro, ubicado en Machala, hay un promedio de 1.380 personas privadas de libertad cumpliendo sus condenas, de las cuales 30 están en aislamiento por estar contagiadas con tuberculosis.

Para tratar a los reos con esta enfermedad, en este penal se estableció un espacio de aislamiento, que comprende alrededor de dos celdas, destinado a estas personas.

Sin embargo, el hacinamiento y los problemas de salud de cada reo representan un riesgo de contagio para los demás privados de libertad. Aunque no hay cifras exactas de fallecidos por esta causa, en febrero de 2025 se registró un caso.

La mañana del martes 18 de febrero, Cristian G., privado de libertad quien registraba un historial delictivo por robo y tráfico de drogas, murió por tuberculosis. El hombre se desplomó cuando esperaba recibir el desayuno.

Cuando una persona es sentenciada, el protocolo en la cárcel de Machala, antes de que sea ingresada a este centro carcelario, es trasladarla a un centro de salud para evaluar su condición médica.

Si los resultados confirman tuberculosis, el reo ingresa directamente a la zona de aislamiento del penal. Si el privado de libertad se contagia cumpliendo su sentencia, tras los exámenes médicos, también es trasladado al área de aislamiento.

En esta área, los reos reciben medicación para la tuberculosis y se les realizan exámenes para evaluar la evolución de la enfermedad. Si ya no representan riesgo de contagio, regresan a su celda.

Desde la declaratoria del estado de excepción en las cárceles del país, el pasado 8 de enero de 2024, el Ministerio de Salud Pública ha realizado jornadas médicas en este centro penitenciario.

Desde el año pasado hasta la presente fecha se han llevado a cabo tres jornadas de salud, donde se identificaron varios casos de tuberculosis. El año pasado se atendieron 180 reos con esta enfermedad y, hasta la fecha, hay 30 en aislamiento.

HOSPITALIZACIONES

POR TUBERCULOSIS

En el hospital Teófilo Dávila (HTD) se han registrado seis hospitalizaciones de reos por tuberculosis en lo que va del año. Actualmente, uno sigue internado, mientras que los otros cinco fueron dados de alta y trasladados a la cárcel de Machala para continuar su sentencia.

Piedad Coronel Astudillo, enfermera responsable de la estrategia de prevención y control de tuberculosis del HTD, aseguró que los pacientes llegan a la sala de Emergencias con complicaciones graves.

“Vienen a hospitalizarse cuando ya están graves o son diagnosticados incidentalmente al realizarles exámenes por heridas de arma de fuego, en los que se determina que tienen tuberculosis pulmonar”, explicó.

Según estadísticas del hospital, en 2024 se hospitalizaron 32 personas privadas de libertad de la cárcel de Machala. En lo que va de este año, 10 reos han recibido tratamiento para tuberculosis, de los cuales seis fueron hospitalizados y solo uno permanece internado.

Los reos hospitalizados en el HTD reciben tratamiento específico, cuidados y seguimiento. Una vez dados de alta, continúan con la medicación en la cárcel de Machala.

“El centro de privación de libertad tiene una unidad de salud donde el personal capacitado administra el tratamiento a los PPL. Solo salen del centro carcelario a las casas de salud para exámenes especializados u hospitalización”, explicó la enfermera.

FACTORES DE RIESGO

El hospital Teófilo Dávila de Machala atiende un promedio de dos a tres reos hospitalizados por tuberculosis cada mes.

Peter Paladines, médico neumólogo del hospital, explicó que esta cifra varía por temporadas. “Hay picos, a veces a principios de año, en invierno. Luego hay una baja semestral y después aumenta nuevamente. Siempre hay que monitorear la persistencia de casos”, señaló.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa y una de las más peligrosas a nivel mundial. Según Paladines, en la provincia de El Oro los casos son elevados debido a que la población de riesgo es alta.

“El grupo vulnerable incluye niños menores de cinco años, mujeres embarazadas, personas con diabetes, hipertensión, cáncer y adultos mayores. También están los trabajadores penitenciarios”, mencionó.

Según el neumólogo, el hacinamiento en las cárceles impide aislar a cada reo, lo que facilita la propagación de la bacteria de la tuberculosis. “Se diagnostica, pero como comparten espacios reducidos, el contagio es muy fácil”, explicó.

El hacinamiento, la mala alimentación, enfermedades crónicas y el hecho de que los reos tengan un historial en el que hayan sido consumidores de drogas aumenta el riesgo de tuberculosis entre los reos, detalló el especialista.

Un paciente con tuberculosis puede retomar actividades en dos o tres semanas, pues deja de ser contagioso al reducir su carga bacteriana. “El paciente ya no transmite la enfermedad al hablar o toser, siempre que siga su tratamiento”, explicó Paladines.

Sin embargo, el tratamiento completo dura seis meses, dependiendo de la gravedad del caso y la detección temprana.

CRITERIO:
Peter Paladines, neumólogo:

“Los centros penitenciarios están plagados, hay un número excesivo y eso no permite tener un preso en cada celda. Eso conlleva a que esté la bacteria -de la tuberculosis- ahí rondando y obviamente el medio se presta para que otro preso adquiera esta enfermedad. Se diagnostica, pero la particularidad de que como están todos encerrados muy fácilmente se contagian”.