SUCESOS

¡Motociclista asesinado a tiros!




“Lo bajaron a tiros de la moto”, ese era el comentario de varias personas, quienes fueron testigos del asesinato de Ricardo Esteban Rosales Morocho, de aproximadamente 30 años de edad.

El joven que laboraba como repartidor de encomiendas, fue asesinado la noche del miércoles 12 de marzo mientras se movilizaba en su motocicleta. Sicarios lo interceptaron y le dispararon en múltiples ocasiones, dejándolo sin vida de manera instantánea.

El ataque ocurrió alrededor de las 19h00 en la intersección de la calle Guayas y 11va. Norte, en Machala. Según el informe policial, Rosales conducía su motocicleta color blanca con dirección al centro de la ciudad cuando fue sorprendido por dos sujetos a bordo de otra moto.

Uno de los atacantes, que iba como acompañante, sacó un arma de fuego y disparó contra Rosales en varias ocasiones. Los impactos de bala hicieron que la víctima perdiera el control de su vehículo, se accidentara y cayera sobre la vereda.

Los sicarios, tras cometer el crimen, huyeron a toda velocidad. Minutos después, agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar y confirmaron que Rosales ya no tenía signos vitales.

INDICIOS Y ANTECEDENTES DE LA VÍCTIMA

El jefe del sector oeste del distrito Machala, Agustín Lara, informó que en la escena del crimen se encontraron 11 indicios balísticos, los cuales fueron recogidos por los peritos de Criminalística para la respectiva investigación.

Asimismo, Lara reveló que Rosales tenía antecedentes penales y que, según declaraciones de sus familiares, había recibido amenazas en los últimos días. Estos detalles refuerzan la hipótesis de que el crimen podría estar relacionado con un ajuste de cuentas.

El cuerpo fue trasladado al Centro Forense para la respectiva autopsia, mientras que agentes de la Policía Nacional iniciaron operativos en la zona para tratar de dar con los responsables.

DOLOR

La escena del crimen estuvo marcada por la angustia y el dolor de los familiares de Rosales. Una mujer, visiblemente afectada, irrumpió en el área acordonada y se abalanzó sobre el cadáver de su ser querido.

De igual forma, un hombre, entre lágrimas, se echó sobre el cuerpo del fallecido, clamando justicia y lamentando la pérdida.