
El fin de semana anterior, los aspirantes al sillón de Carondelet, Luisa González y Daniel Noboa, dieron mensajes claros y contundentes a los ecuatorianos sobre lo que quieren para el país.
Mientras la aspirante correísta suscribió con Pachakutik un acuerdo programático de 25 puntos que forman parte de un plan de gobierno que fue rechazado por el 95 % de los ecuatorianos en la primera vuelta electoral; el aspirante de ADN viajó a Estados Unidos para tener un acercamiento con Donald Trump, mandatario del país que se constituye en el principal socio comercial de nuestra república.
Las señales están claras. Y aunque los grandes analistas políticos del país han divagado en las formas, en el fondo, los mensajes que proporcionan ambas candidaturas son contundentes y son los ecuatorianos quienes deberán elegir.
Es verdad que dentro de la epidermis del análisis podemos decir que Leonidas Iza dejó plantada a Luisa González, pues él no asistió, ante el rechazo generalizado de las bases indígenas a este acuerdo, y fue el líder de Pachakutik, Guillermo Churuchumbi, quien firmó el acuerdo programático en el que le imponen la agenda de trabajo a la aspirante correísta. También es real que, de otro lado, dentro de las formas, el encuentro entre Noboa y Trump no formó parte de una agenda oficial, sino de una cena informal.
No obstante, en ambos casos, se trata de un anuncio de intenciones. Luisa González exhibe su cercanía a las políticas anti extractivistas de Pachakutik; cercana a una política impuestera y populista. Anuncian una vorágine de obra pública sin explicar cómo financiarán sus promesas. Eso sí, hablan de sacar a los militares de las calles, porque hablan de “criminalización de la protesta social”, un eufemismo para justificar
De otro lado, Daniel Noboa deja claro que su prioridad es la seguridad ciudadana, y sabe bien que con lo que tenemos en la actualidad no es suficiente para combatir una guerra de alcance transnacional, pues es esta guerra contra el crimen organizado la que deriva en pobreza, migración y demás falencias que la padecen otros países: por el crimen organizado es que hubo una vorágine migratoria colombiana y hoy hay similar secuela en Ecuador. Por eso, busca asesoría y financiamiento en el poderoso del Norte. Al final del día, serán los ecuatorianos quienes sabrán dirimir entre lo que quieren para el país.
