OPINIóN

Editorial: Arancel recíproco


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprende al mundo con la promulgación del paquete de aranceles recíprocos para los demás países del planeta.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprende al mundo con la promulgación del paquete de aranceles recíprocos para los demás países del planeta, una medida que busca salvaguardar la producción norteamericana y que reconfigura el mapa económico global.

Para explicarlo en términos sencillos, los aranceles son un impuesto que debe pagar quien importa un producto o un servicio; y quien al final del día termina por pagar esa carga arancelaria es el que adquiere ese producto o servicio importado, en este caso, quienes habitan en Estados Unidos.

Dentro de la pléyade de mentiras montadas por el correísmo, intentaron -sin éxito- instaurar una narrativa de que los ecuatorianos íbamos a ser quienes al final del día íbamos a pagar esta carga impositiva del 10 % para nuestros productos.

Los aranceles no tienen un fin recaudatorio. El objetivo de un arancel es proteger la producción de un país, para que se prefiera, por precio, el producto nacional en mayor medida que el importado. Por eso, cuatro sectores exportadores ecuatorianos salieron ya a pronunciarse: floricultores, bananeros, camaroneros y pesqueros. Todos coinciden que el Ecuador salió bien librado de este arancel recíproco porque el producto, pese al alza para llegar al mercado norteamericano, mantiene su competitividad con relación a similares productos originarios de otras naciones que llegan al mercado norteamericano.

¿Por qué Ecuador y otros países de Sudamérica tienen 10 % de arancel? Porque estos países de la región importan más productos de Estados Unidos a sus naciones de lo que exportan desde sus territorios hacia el gigante del norte. A esas naciones, el presidente Trump les aplicó el arancel recíproco. En cambio, a quienes exportan a Estados Unidos más mercancía de la que importan desde esa nación, deben pagar mayor arancel. Por eso, Venezuela, de régimen socialista, tiene mayor tasa que el Ecuador. Es decir, si nuestro país tuviese un régimen socialista, es probable que tuviese que pagar más impuesto del que hoy debe hacerlo.

El camarón, las flores, el banano, la pesca, son muy apetecidos en Estaods Unidos. La cadena de valor es amplia en estos sectores y de las exportaciones de estos productos dependen una gran cantidad de familias. Menos mal el país no está gobernado por socialistas, de lo contrario, ahí sí estuviésemos en un aprieto mayúsculo sin vías de solución inmediata.