La pretensión de Luisa González de incorporar 20 mil ciudadanos a su propuesta de gestores de paz y pagarles medio salario básico es el más burdo adoctrinamiento similar a aquel de la era del más rancio marxismo-leninismo.

La pretensión de Luisa González de incorporar 20 mil ciudadanos a su propuesta de gestores de paz y pagarles medio salario básico es el más burdo adoctrinamiento similar a aquel de la era del más rancio marxismo-leninismo. Es cruel que la revolución ciudadana vea en la crisis de inseguridad que afecta a la nación la oportunidad perfecta para maquillar un proceso de reclutamiento masivo de nuevos “soldados” de su revolución. Luisa González dice que destinará, en total, USD 72 millones para pagarles medio salario básico a cada “gestor de paz”, para que en los barrios contribuyan a la seguridad ciudadana.
En realidad, en la Cuba castrista, adoctrinaban a las personas en los barrios, quienes vigilaban a sus vecinos, para identificar a los alineados con la revolución y a quienes pensaban diferente, es decir, los denominados disidentes, para perseguirlos. Los adoctrinados formaban parte de los Comités de Defensa de la Revolución de Cuba. Algo similar se replica en Venezuela. Ellos reciben dinero público, alimentos y demás dádivas para conservarlos como fieles revolucionarios.
La Revolución Ciudadana se quitó la máscara. Nos quieren llevar al camino de Cuba y Venezuela, por aquel sendero por el que ya atravesaron la Rusia stalinista o la Alemania comunista, cuya consecuencia fue la pobreza, la miseria y una devastadora hambruna a sus habitantes, mientras los dictadores que gobernaban esas naciones, disfrutaban las mieles del poder en sus búnkeres. ¿Queremos eso para nuestros hijos?
Tomemos en cuenta que los viejos líderes de las revoluciones socialistas en Rusia, Cuba o Venezuela, conciben el adoctrinamiento mediante la concesión de dádivas, además de un masivo lavado de cerebro a partir de nuevos textos educativos.
Durante la Presidencia de Rafael Correa ya observamos los primeros pasos hacia ese camino, con textos que magnificaban la gestión gubernamental de Hugo Chávez, así como del propio Correa, y a su vez, estigmatizaban la gestión gubernamental de mandatarios de otras tendencias políticas, además, en junio de 2017, la Asamblea Nacional correísta de esa época aprobó la conformación de un “servicio de protección pública”. El texto constaba en el Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana. Esa normativa fue abolida en 2020 y hoy notamos que la intención de insistir en su creación. Si Ecuador da paso a tener un grupo paramilitar en el país, pues entonces, esta división que hoy nos enfrenta dialécticamente, con Luisa en el poder, llegará a otro nivel.
