Editorial

Hoy domingo 13 de abril, Ecuador vive una de las elecciones presidenciales más reñidas de los últimos años. Daniel Noboa y Luisa González llegan a esta segunda vuelta con una diferencia mínima en las encuestas, lo que refleja un país dividido, pero también con muchas ganas de ser escuchado.
La jornada de hoy es una oportunidad para que los ecuatorianos elijan el rumbo que quieren para los próximos años. La decisión no es sencilla: ambos candidatos representan visiones diferentes del país, y han intentado conquistar a una ciudadanía que, en la primera vuelta, mostró altos niveles de abstención y votos nulos. Eso es una señal clara de que la política debe reconectarse con la gente.
En esta segunda vuelta, cada voto cuenta. Los márgenes son tan ajustados que cualquier sector de la población puede inclinar la balanza. Por eso, es importante que todos los ciudadanos que están habilitados para votar lo hagan con responsabilidad, con conciencia y pensando en el futuro de Ecuador.
Se trata de mucho más que elegir entre dos nombres. Se trata de decidir quién tiene la capacidad de liderar en momentos difíciles, de enfrentar con firmeza los problemas urgentes del país como la inseguridad, el desempleo y la falta de oportunidades, y de construir un proyecto nacional que incluya a todos.
Esta elección también es una prueba para nuestra democracia. El respeto a los resultados, el cumplimiento de las reglas del juego y el papel transparente del Consejo Nacional Electoral serán claves para garantizar la legitimidad del proceso. A los candidatos les toca aceptar la voluntad del pueblo y, gane quien gane, buscar unidad en vez de división.
Es momento de que la ciudadanía tome la palabra. Ecuador necesita un gobierno cercano a la gente, que escuche más y prometa menos, que trabaje por el bien común y no por intereses personales o partidistas. Esa es la esperanza que muchos tienen al acercarse hoy a las urnas.
Las elecciones de este domingo es una oportunidad real de cambiar el rumbo. Que esta jornada se viva en paz, con respeto y con participación activa. La democracia se fortalece cuando todos hacemos nuestra parte. Hoy Ecuador decide. Que el voto sea libre, informado y lleno de esperanza.
