Clodoveo Astudillo

Las décadas del treinta – en pleno auge de las agresiones fascistas en Europa – el Ecuador y América Latina se convirtieron en plataforma para la incursión de numerosos agentes de los países del Eje – Alemania, Italia y Japón – y del régimen franquista, de empresarios de los monopolios de esos países, con gran aceptación de las élites políticas y económicas, actuando sigilosamente y en la sombra, para favorecer los designios guerreristas.
Pero hubo un agente, según el FBI considerado “el agente nazi más peligroso e influyente en el Ecuador” que gozó de influencia y poder en el gobierno dictatorial del Ing. Federico Páez, este fue el teniente Primero Erwin Hauptmann nacido en Viena que para sus andanzas adoptó el nombre de “Dr. Alfredo Enrique Cuhne”, contando con la colaboración de la Embajada Alemana en el Ecuador. Primero, el supuesto médico, fungió como hacendado en la provincia de Guayaquil. Como experto en enfermedades tropicales, ganándose la confianza de la comunidad médica, tratado como un auténtico sabio. Entre 1933 y 1934, adquirió fama como benefactor distribuyendo medicinas gratuitas en Cuenca y en el Oriente ecuatoriano.
Para 1935 – con esa aureola de benefactor y científico – se presentó ante el Ing. Federico Páez, el jefe Supremo de turno, asegurando que era un experto militar ofreciendo sus servicios gratuitos para un trazado estratégico en la defensa territorial con el Perú.
