ESPAÑA. – En un accidente laboral perdió la vida el joven machaleño Danny Vicente Villagrán Morante, de 33 años, cuando realizaba labores de soldadura en una estructura del polígono Bankunión II.

ESPAÑA. – En un accidente laboral perdió la vida el joven machaleño Danny Vicente Villagrán Morante, de 33 años, cuando realizaba labores de soldadura en una estructura del polígono Bankunión II.
La tragedia se registró el pasado 7 de mayo en la localidad de Tremañes, España. El hombre cayó desde diez metros de altura; el fuerte impacto en su cabeza le causó la muerte de manera inmediata.
Ese día, la jornada transcurría con normalidad. Danny, a quien sus compañeros calificaban como una persona amable y sonriente, subió junto a otro trabajador hasta el tejado de la infraestructura para ejecutar la tarea.
Ambos estaban anclados a las líneas de seguridad, relató su compañero. El joven de 33 años realizaba labores de soldadura en unos tubos enormes ubicados en la cubierta del edificio, mientras que el otro trabajador estaba a cargo del mantenimiento.
El ecuatoriano inició su jornada anclado al arnés; sin embargo, tiempo después recordó que había olvidado una herramienta. Por ello, bajó de la infraestructura, se subió a la furgoneta en la que llegó al trabajo y condujo hasta el taller. Al tomar la herramienta, volvió a su lugar de trabajo.
La muerte de Danny ocurrió porque, presuntamente, habría subido al tejado por una zona no permitida. Según algunos compañeros, caminó por la infraestructura para llegar hasta el lugar donde estaba inicialmente, pero en ese trayecto el techo colapsó y terminó cayendo.
Villagrán murió de forma inmediata, ya que su cuerpo no resistió los golpes tras la caída. Hasta la sala 7 del Centro Forense fue trasladado el cadáver del joven ecuatoriano, donde fue acompañado por sus familiares y compañeros.
Danny Villagrán tenía dos años trabajando en la empresa de soldadura ubicada en el camino de El Melón. Fue asignado a la estructura del polígono Bankunión II, junto con el trabajador de mantenimiento, porque ambos fueron subcontratados por otras empresas.
El joven ecuatoriano, quien estaba casado, fue recordado con mucho cariño por sus compañeros por ser un buen trabajador y una excelente persona, siempre dispuesto a colaborar sin mostrar una mala actitud y con una sonrisa.
Danny llegó a la empresa donde trabajaba tras conocer a su responsable, con quien coincidió en la comunidad religiosa en la que ambos participaban, ubicada en La Calzada, el barrio donde residía con su familia.
Danny Villagrán no fue repatriado a Ecuador; sus restos mortales reposan en el cementerio municipal de Deva.
