CIUDAD

El empleo registrado en El Oro se estanca: 19 de cada 100 personas acceden a la Seguridad Social


A pesar de los discursos sobre recuperación y los esfuerzos institucionales por modernizar las estadísticas, la realidad del empleo formal en la provincia de El Oro refleja estancamiento.

A pesar de los discursos sobre recuperación y los esfuerzos institucionales por modernizar las estadísticas, la realidad del empleo formal en la provincia de El Oro refleja estancamiento.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), desde enero de 2024 hasta marzo de 2025, solo 19 de cada 100 personas en la provincia cuentan con un empleo formal registrado en la Seguridad Social. Esto representa una cobertura muy baja que no ha mostrado cambios sustanciales a lo largo de más de un año.

CIFRAS

En enero de 2024, el empleo registrado en la provincia fue de 106.683 personas, con una leve disminución mensual de -0,443% y una variación anual de -1,35%. En ese mes, los hombres concentraban 68.714 empleos registrados, mientras que las mujeres alcanzaban apenas 37.699, es decir, solo el 35,34% del total.

Para febrero de 2024, la cifra bajó ligeramente a 106.552 empleos registrados, mostrando una disminución mensual menor (-0,123%) y una variación anual de -1,37%. Las mujeres representaban el 35,62% (37.951 empleos), mientras que los hombres mantenían el 64,38% (68.601 empleos).

En marzo de 2024, se reportaron 106.369 empleos formales en El Oro, una mínima variación mensual positiva de 0,047%, pero con una fuerte caída interanual del -2,49%. Las mujeres registraban 38.075 empleos (35,8%) y los hombres 68.294 (64,2%).

Ya en enero de 2025, el número de empleos formales ascendió a 106.840, marcando una ligera mejora con respecto al mismo mes del año anterior, con una variación anual positiva de 0,15% y un incremento mensual de 1,008%. Del total, 38.293 correspondían a mujeres (35,84%) y 68.547 a hombres (64,16%).

En febrero de 2025, se reportaron 107.149 empleos registrados, lo que representó una variación mensual de 0,289% y un crecimiento anual del 0,56%. Las mujeres continuaban representando el 35,8% (38.357 empleos) frente al 64,2% de los hombres (68.792).

Finalmente, en marzo de 2025, la cifra se mantuvo casi sin cambios, con 107.135 personas registradas, lo que significó una disminución mensual ínfima de -0,013% y una variación anual de 1,03%. La participación femenina fue de 38.062 empleos (35,53%) y la masculina de 69.073 (64,47%).

En resumen, a lo largo de 15 meses, el empleo registrado en El Oro apenas varía entre 106.300 y 107.100 personas, manteniéndose por debajo del 20% de la población total. Las mujeres no logran superar el 36% del empleo formal y los jóvenes, junto con los adultos mayores, siguen siendo los grupos más vulnerables.

TESTIMONIOS QUE EVIDENCIAN

UNA REALIDAD CRÍTICA

A pesar de la aparente estabilidad numérica, los testimonios recogidos por Diario Correo en las calles del centro de Machala revelan una situación muy distinta a la que pintan las estadísticas.

Víctor Castillo, artista machaleño conocido como el payaso Foquito, denunció que su profesión está quebrada: “Uno va a buscar con la edad que tiene y no le dan trabajo. Solo quieren gente entre 18 y 25 años. Nosotros, los mayores, somos descartables. No hay trabajo ni apoyo del gobierno ni del municipio.”

Castillo criticó el abandono a los artistas locales y cuestionó que las autoridades prioricen la contratación de talentos internacionales para eventos culturales, en lugar de promover el arte orense.

Ian García, joven que lleva tiempo intentando encontrar empleo formal, enfatizó la trampa de la experiencia: “Piden experiencia para todo, pero ¿cómo vamos a tener experiencia si no nos dan la oportunidad de trabajar?”

Según García, la falta de incentivos a las empresas privadas para contratar jóvenes es parte del problema. Además, atribuyó la pérdida de plazas laborales recientes a los apagones y a la inseguridad.

José Guacho, músico venezolano radicado en Machala, relató que la delincuencia afecta directamente su posibilidad de trabajar: “Uno tiene miedo de salir. Hay amenazas. A veces prefiero no tomar contratos por seguridad. Eso nos limita a todos.”

Por su parte, Daisy González, también migrante, señaló que aunque tuvo suerte de conseguir empleo al poco tiempo de llegar al país, reconoce que la situación actual es difícil para quienes buscan una fuente de ingresos segura: “Uno vive el día a día. No es fácil, pero toca seguir. Ojalá las autoridades tomen cartas en el asunto.”