CIUDAD

El amor de Jesús: ‘Una fuerza que aún transforma al mundo’


En un mundo herido por la violencia, la soledad y la desesperanza, el mensaje de Jesús sigue latiendo con fuerza: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.

En un mundo herido por la violencia, la soledad y la desesperanza, el mensaje de Jesús sigue latiendo con fuerza: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. Estas palabras, pronunciadas hace más de dos mil años, no han perdido vigencia. Al contrario, se alzan como un faro de esperanza en medio de la tormenta diaria.

El amor de Jesús no es un concepto abstracto ni una emoción pasajera. Es una forma de vida basada en la entrega, el perdón y la compasión. En cada gesto de solidaridad, en cada abrazo sincero, en cada acto de justicia, ese amor se hace visible, tangible y real.

Hoy más que nunca, su ejemplo invita a construir puentes donde hay muros, a levantar al que ha caído, a sanar con la ternura. Jóvenes que perdonan a quienes les han hecho daño, comunidades que se unen para ayudar a los más vulnerables, educadores que enseñan no solo con palabras, sino con amor: todos ellos encarnan el mensaje de Jesús con sus acciones cotidianas.

¿Puede el amor de Jesús cambiar el mundo?

Sí. De hecho, lo está haciendo. Cada vez que elegimos amar en lugar de odiar, servir en lugar de juzgar, escuchar en lugar de ignorar, estamos dejando que su luz brille en medio de nuestra historia. Porque el amor de Jesús no es solo un recuerdo del pasado. Es una invitación urgente para el presente, y una esperanza cierta para el futuro.