OPINIóN

La alegría de Sangolquí


Felipe Arévalo Novillo

En 2016 la dirigencia de Independiente del Valle decidió ceder todo el dinero de las recaudaciones de taquilla en la Copa Libertadores para los afectados por el fatídico terremoto. Y todo el Ecuador se puso la camiseta rayada. En 2019 el club de Sangolquí disputó la final de la Copa Sudamericana cuando los argentinos de Colón pusieron los cantantes y las bailarinas pero IDV puso el fútbol. Campeones internacionales.

La historia es auténtica de cada cual. El ex José Terán desde 2007 cambió radicalmente con Michel Deller. Mucho trabajo serio en divisiones formativas. Modelo ejemplar pero respaldado por una envidiable economía. Su lema por mucho tiempo fue “El futuro campeón del Ecuador”. El futuro es hoy. En Independiente del Valle todos los detalles se toman en cuenta desde el manejo de sus redes sociales hasta quien debió ingresar a respaldar en la primera final.

Es que la dirigencia le dio prioridad a su gente. A sus muchachos y familiares más los exfutbolistas del plantel. En las gradas de su estadio no hubo noveleros ni figuretis. Estuvieron los que son y los que están. Y quizá los cánticos eran sencillos pero eran coreados desde el alma. Y los jugadores no desentonan porque la camiseta rosa termina fucsia por el sudor derramado.

Y el VAR fue clave. Pero así son las reglas. El 3 a 1 es remontable porque esto es fútbol. Y Emelec y su gente sonará con la remontada. Sin embargo, yo me quedó con la alegría de IDV. Y de todo puede pasar. Nada está dicho. Pero el corazón se inclina hacia el lado de las minorías. Aceptemos que todos queremos ver Campeón a Independiente del Valle. Pero hay que esperar. Existen 90 minutos más.