Elías Carrillo Ayala
Las actividades económicas “sombra” u “oculta” abarcan aquellas operaciones que se realizan al margen de la ley o fuera de ella, comprende la producción legal de mercado que se oculta de las autoridades con el objeto de evitar cargas de carácter impositivo o legal. Estimar su magnitud y conocer la evolución de este fenómeno aporta con importantes insumos para la administración estatal, puesto que la Economía Sombra juega un papel representativo en el desarrollo económico.
La economía informal por su parte, es el conjunto de actividades desarrolladas por las unidades económicas que en la legislación o en la práctica están insuficientemente contempladas por sistemas formales o no lo están en absoluto, donde producen bienes y servicios lícitos.
Acorde con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la informalidad laboral es una característica muy marcada en el mercado laboral ecuatoriano, cuyos índices han establecido que, el 44.10 % de las personas que ejercen una labor pertenecen al sector informal, apenas el 20.60% de los trabajadores cuentan con educación superior, la tasa de desempleo alcanzó el 4.90% y el subempleo 22,00%. El empleo adecuado alcanzó el 32.10% en el mes de julio, por lo que el resto de ciudadanos están desempleados o adoptan formas de trabajo por cuenta propia que caen en un sector sombra o informal.
Ahora bien, la economía sombra crea ineficiencias en el mercado de bienes y en el mercado laboral, es fuente de distorsiones en la asignación de recursos y conduce a sesgos en los indicadores oficiales. Sin embargo, el efecto de la economía sombra no necesariamente es negativo para la economía del país, las personas gastan en la economía formal aquellos ingresos conseguidos en la economía sombra, lo que podría producir un efecto positivo.
Estudios demuestran que al menos dos tercios de los ingresos obtenidos en la economía sombra se gastan inmediatamente en la economía oficial; y que, el tamaño promedio estimado de la economía sombra en el Ecuador respecto al PIB, tomando como base la demanda de dinero, está en el orden del 37%.