OPINIóN

Editorial: La violencia del hospital


A propósito del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y las niñas, que se celebra cada 25 de noviembre y como mecanismo de alerta y prevención contra la violencia en el trabajo.

A propósito del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y las niñas, que se celebra cada 25 de noviembre y como mecanismo de alerta y prevención contra la violencia en el trabajo, es necesario dar a conocer lo que algunas mujeres, lamentablemente están viviendo. En los hospitales se debe trabajar, con calidad y calidez no porque lo manda la Ley, sino porque es un estándar mínimo de trato digno y respetuoso.

Expresiones, tales como: “Soy el Dios del Olimpo”, “Hasta cuando, estoy harto de esta provincia de h. de p...”, “Aquí en este hospital valen v… no tienen neuronas son unos ineptos”, “Si existe Dios, los que creen en Dios, llórenle”, “Los médicos de este hospital son unos ineptos mediocres, a las cinco de la tarde marcan y se largan mediocres”, “Lamentablemente me toca trabajar con este gente”, son tan solo algunas de las expresiones que deben escuchar casi a diario los trabajadores de esta casa de salud.

“No me interesa tu opinión”, “Anormal, tú eres anormal…”, “Tuvo que venir un guayaco a cambiar este p… hospital”, además, las puertas son azotadas con ira casi esquizoide, son ejemplos de formas de violencia psicológica y simbólica, que pronunciadas frecuentemente en cualquier hospital pueden ser más peligrosas que la misma violencia ginecológica.

El ambiente laboral se vuelve tenso, se acumula el miedo en la parte posterior del cuello y enferma, las víctimas sufren de colitis, dolores en la espalda , se deprimen, lloran en los baños o en sus casas, las víctimas anhelan que el violentador del trabajo pase fuera de la oficina, mucho mejor si viaja lejos. Surte efecto la intimidación junto con la culpa afectando la autoestima, entonces la víctima queda sometida al maltrato psicológico.

Así mientras más tiempo las personas tengan distanciamiento social mejor para su salud mental, pues no son psicológicamente abusadas, disfrutan de sus actividades pero temen el momento del retorno del violentador, tienen ansiedad cuando más se aproxima el momento de volver a interactuar.

Si usted encuentra algún elemento de coincidencia con lo que vive en su hospital no dude en acudir a la Fiscalía, junta cantonal de derechos, Ministerio de Trabajo, Defensoría del Pueblo y organizaciones defensoras de derechos humanos, debe actuarse contra el violentador no callarla, repórtela se guardará sigilo.