OPINIóN

Editorial: La mendicidad


Se acerca el último mes del año y generalmente diciembre registra un incremento en el número de personas que piden caridad en las calles de las diferentes ciudades del país.

Se acerca el último mes del año y generalmente diciembre registra un incremento en el número de personas que piden caridad en las calles de las diferentes ciudades del país.

Las familias pobres recurren a los más pequeños para exponerlos en los semáforos o intersecciones de calles con el fin de que soliciten dinero a los conductores de los vehículos.

Lamentablemente, los niños son los más vulnerables y se aprovecha la ocasión donde la gente se pone sensible y solidaria para ahondar la mendicidad pese a los esfuerzos del Gobierno a través de sus programas sociales que buscan erradicarlo.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) implementa cada año la campaña Da Dignidad, no obstante, la presencia de migrantes venezolanos en estado de indigencia ha hecho que cada vez se vean más mendigos en las esquinas y aceras.

En Machala hemos visto como en los portales de los edificios del sector céntrico y en las afueras de las iglesias duermen familias enteras a la intemperie, sin que existan acciones que busquen evitar estás tristes imágenes.

Ahora la solución no está únicamente en regalar un dólar o una moneda de menor denominación a un niño, a una persona con discapacidad o a un adulto mayor. La problemática de la mendicidad en las calles es mucho más compleja de lo que parece.

Las estrategias que en su momento se han ejecutado no han tenido el resultado esperado. De por medio también existe otro inconveniente como es la explotación infantil, pues hay padres que obligan prácticamente a sus hijos para que pidan en vez de ellos.

Es necesario que el Gobierno central, los gobiernos seccionales y demás instituciones públicas inclusive el sector privado para que cada año no tengamos más mendigos en las calles. Mientras más entidades cooperantes tengamos, se puede lograr la eliminación de la mendicidad.