OPINIóN

Editorial: Viviendas


El presidente Guillermo Lasso en su visita a Santa Rosa entregó otra obra de Lenín Moreno: 120 soluciones habitacionales del Plan Casa Para Todos.

El presidente Guillermo Lasso en su visita a Santa Rosa entregó otra obra de Lenín Moreno: 120 soluciones habitacionales del Plan Casa Para Todos. Lasso se animó a concluir con las obras que dejó encaminadas en mandatario anterior, y, aunque es osado calificar este hecho como un logro de este gobierno, por lo menos ejecutó eso en estos dos años de administración, porque peor hubiese sido dejar que se malogren las obras y proyectos empezados.

Recordemos que también entregó viviendas en Huaquillas, concluyó e inauguró los centros de salud tipo C Brisas del Mar y El Paraíso, en Machala, ambos ofrecidos en el correato, en época de campaña electoral y que se retrasaron porque fueron hechos sin estudio ni soporte técnico: no había plata ni siquiera para financiar la contratación de personal de salud nuevo. Por eso, permaneció una década paralizada esa obra.

Esta pudo haber sido la última visita de Lasso como jefe de Estado a esta provincia y deja una serie de asignaturas pendientes como el nuevo hospital para Santa Rosa, el nuevo hospital para Zaruma, los bonos ofrecidos y no entregados para los damnificados del sismo de marzo pasado, los cuarteles de policía ofrecidos para El Oro.

Queda una deuda externa más nutrida en comparación con la que recibió cuando asumió el cargo; y el próximo gobierno deberá pagarla junto con la que recibió Lasso, porque recordemos que los pagos los reprogramó para que empiecen a cancelarse a los multilaterales a partir de 2025.

Lasso intenta cerrar con algo de decoro su paso por el Ejecutivo, cargo para el que se preparó durante 10 años, sin embargo, no pudo gestionar el poder, controlar a las fuerzas políticas, extirpar de raíz la corrupción. No pudo hacer sentir bien a los ecuatorianos. Era difícil, en especial al salir de una pandemia. Su primer desafío fue vacunar a la población. Luego hubo una masacre carcelaria y él la atendió de forma personalizada, desde el lugar de los hechos: qué abrigadora esperanza. No obstante, algo pasó allí, porque después de ese hecho, Lasso fue otro. Ojalá y algún diga lo revele, porque sorprende que un hombre tan exitoso en el ámbito privado haya fracaso en la gestión pública.