OPINIóN

Editorial: ¡Semana violenta!


El Oro ha tenido semanas violentas en el 2023 y la que está por fenecer es una de ellas. La reciente ola de crimenes, marcada por los 10 asesinatos en los cantones de Huaquillas, El Guabo, Pasaje y Arenillas, plantea cuestionamientos profundos sobre la seguridad en la región. La esencia de la seguridad ciudadana radica en una fuerza policial dignamente equipada y entrenada, capaz de enfrentar los desafíos impuestos por las grandes bandas criminales.

El Oro ha tenido semanas violentas en el 2023 y la que está por fenecer es una de ellas. La reciente ola de crimenes, marcada por los 10 asesinatos en los cantones de Huaquillas, El Guabo, Pasaje y Arenillas, plantea cuestionamientos profundos sobre la seguridad en la región. La esencia de la seguridad ciudadana radica en una fuerza policial dignamente equipada y entrenada, capaz de enfrentar los desafíos impuestos por las grandes bandas criminales.

Sin embargo, es alarmante que los policías carezcan de los insumos necesarios para hacer frente a estas situaciones. Esta deficiencia no solo pone en riesgo la integridad de los agentes encargados de protegernos, sino que también socava la confianza de la población en las instituciones encargadas de mantener el orden.

La inversión en recursos para la policía y en programas de capacitación constante permitirá no solo una respuesta más eficaz ante la delincuencia, sino también una prevención más efectiva.

Para combatir la creciente influencia de las grandes bandas criminales, sobretodo en Huaquillas, a donde la policía ha logrado identificar a cuatro organizaciones delictivas que estarían operando a nivel nacional, es necesario abordar las causas subyacentes que generan la criminalidad. Por lo tanto, además de reforzar la presencia policial, se deben implementar políticas de desarrollo y inclusión social.

Es inconsebible que en pleno estado de excepción, por la ola delictiva que enfrenta el Ecuador, los agentes policiales no tengan un espacio adecuado donde dormir ni los insumos necesarios para salir a enfretar la delincuencia.

Se habla mucho de recuperar la institucionalidad policial, de rescatar el respeto y admiración que se ha ido perdiendo por un accionar cada vez menos eficaz, sin embargo el trabajo debería empezar por la parte humana.

Es hora de priorizar la asignación de recursos para fortalecer a la policía y tomar medidas concretas para abordar las condiciones socioeconómicas que alimentan la delincuencia. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo podremos esperar revertir la tendencia de violencia en El Oro y garantizar un entorno seguro y estable para todos.