OPINIóN

Editorial: Las brigadas barriales


Las brigadas barriales de seguridad ciudadana era una de forma de organización de la sociedad civil y El Oro fue ejemplo a nivel nacional de aquello. Lamentablemente, con el tiempo y con el incremento de la delincuencia, se han ido perdiendo y no ha visos de que se quieran retomar por temor.

Las brigadas barriales de seguridad ciudadana era una de forma de organización de la sociedad civil y El Oro fue ejemplo a nivel nacional de aquello. Lamentablemente, con el tiempo y con el incremento de la delincuencia, se han ido perdiendo y no ha visos de que se quieran retomar por temor.

Y es que antes en los barrios y ciudadelas, eran los propios dirigentes o moradores que se agrupaban en sus territorios para realizar acciones tendientes a alcanzar la seguridad ciudadana, en coordinación con la Policía Nacional. La idea siempre fue cuidarse entre vecinos y proteger sus bienes.

Pero ahora, a los niveles que ha llegado la inseguridad en el Ecuador, se ha desbaratado esa capacidad de organizarse y ya las alarmas comunitarias son parte de la historia. En su momento, también se vieron obligados a cerrar los callejones o los pasajes para sentirse más seguros.

Estas brigadas barriales están legalizadas. En su momento (2011) se les entregó su acuerdo ministerial en el cual se aprobaba el estatuto, en el que incluso se cambiaron de denominación. Pasaron a llamarse Brigadas Comunitarias de Seguridad Ciudadana, pero en la práctica ahora nadie quiere tomar la posta por miedo.

Según cifras del 2012, en ese entonces se habían conformado 2.165 brigadas que estaban operativas en todas las provincias del país, en las que participaban 18.606 hombres y mujeres, como entes multiplicadores de actividades y estrategias de seguridad para garantizar una vigilancia discreta y efectiva.

Hay que aclarar que los brigadistas participaban de tareas operativas ni de control, que son inherentes exclusivamente a la Policía Nacional, pero sí se constituían en los ojos y en los oídos de los uniformados, como personal de apoyo para brindar información sobre las novedades o sospecha que se presentaban en sus sectores.

La participación comunitaria siempre será importante sobre todo en materia de seguridad, ya sea a través de comités o brigadas, no importa cual fuere la figura, sino que debe existir el empoderamiento de la ciudadanía, a que no solo es un deber del Estado sino que requiere la intervención de todos.

Sin duda que es una corresponsabilidad de los ciudadanos también colaborar con las acciones para una mejor convivencia social, por ello es necesario que el próximo Gobierno reactive lo de las brigadas de seguridad, destinando recursos para la dotación de herramientas y capacitación.