OPINIóN

Editorial: Los obedientes


Mientras los ecuatorianos estamos entretenidos tanto en la campaña presidencial de segunda vuelta en el Ecuador, ya sea para conocer y cuestionar los planes de gobierno de Luisa González y de Daniel Noboa, como para divertirnos con memes y demás recursos propios de esta etapa proselitista, por otro lado, por el lado ciego, Alembert Vera quiso lograr la anhelada impunidad para el correísmo.

Mientras los ecuatorianos estamos entretenidos tanto en la campaña presidencial de segunda vuelta en el Ecuador, ya sea para conocer y cuestionar los planes de gobierno de Luisa González y de Daniel Noboa, como para divertirnos con memes y demás recursos propios de esta etapa proselitista, por otro lado, por el lado ciego, Alembert Vera quiso lograr la anhelada impunidad para el correísmo.

Por si alguien no lo recuerda, Alembert Vera fue el abogado de Rafael Correa en su demanda contra diario El Universo y hoy funge de presidente del Consejo de Participación Ciudadana. En campaña, decía que pertenecía a la denominada Liga Azul, promovida por el expresidente prófugo de la justicia. ¿Qué hizo Vera? Convocó a la integración de una veeduría ciudadana para observar las decisiones tomadas por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio, que era presidido por Julio César Trujillo. A ese periodo, Vera lo denomina Trujillato. Al revisar esas decisiones, busca destituir a la fiscal, Diana Salazar, así como a los miembros de la Corte Constitucional y con ello, ubicar a fieles aliados del correato como reemplazantes.

Pero la Corte Constitucional ya le advirtió que si hace eso el CPCCS se expone a sanciones establecidas en la propia Constitución, porque las decisiones del transitorio están blindadas por una orden judicial y desacatarlas implicaría la destitución del cargo. Además, se desmarcaron de esa decisión de Vera los demás consejeros del CPCCS. ¡Menos mal reinó algo de sensatez! Por eso, obligaron al fiel obediente del prófugo a rectificar y ahora elevó a consulta de la Corte Constitucional si era o no posible llevar adelante este proceso: lo hace a través de un eufemismo: “se sirva dictar jurisprudencia vinculante sobre presunta contradicción entre el cumplimiento de la sentencia constitucional y el dictamen interpretativo”. Se lavó las manos.

Lamentablemente, estas cosas ocurren porque tienen distraída a la población con otros temas: las elecciones, la ola de violencia que azota al país, la pugna de poderes entre la Corte Nacional de Justicia y el Consejo de la Judicatura, el concurso de jueces y conjueces para la Corte Nacional, el concurso para contralor, el concurso para renovar parcialmente el CNE… Debemos estar vigilantes, para no permitir más tropelías de quienes solo agachan la cabeza y siguen fielmente las órdenes del prófugo.