QUITO.- Con una ceremonia religiosa, también conocida como misa de honras, familiares y amigos recordaron al excandidato presidencial Fernando Villavicencio Valencia, al cumplirse el primer mes de su fallecimiento.
QUITO.- Con una ceremonia religiosa, también conocida como misa de honras, familiares y amigos recordaron al excandidato presidencial Fernando Villavicencio Valencia, al cumplirse el primer mes de su fallecimiento.
El 9 de agosto de 2023, después de participar en un mitin político a propósito de la campaña electoral por los comicios presidenciales anticipados del 20 de agosto pasado, el político y excandidato a la Presidencia de la República por el movimiento Construye, Fernando Villavicencio, fue asesinado a tiros en los exteriores del coliseo de un colegio de Quito.
Este sábado, 9 de septiembre, se cumplió el primer mes de su muerte y se ofreció una misa de honras en una iglesia, ubicada en el norte de la ciudad, cuyos alrededores se caracterizaron por tener un fuerte resguardo de efectivos de la Policía Nacional.
Al evento asistieron su madre, Gloria Valencia, sus hermanas, sus hijos, su viuda, Verónica Sarauz; además de sus amigos más cercanos como el médico Carlos Figueroa y el periodista Christian Zurita, quien lo reemplazó en la candidatura presidencial.
Al final de la liturgia, se abrió un espacio para mensajes de gratitud y para recordar las acciones del político ecuatoriano.
Sus hijas, Amanda y Tamia, le dedicaron canciones y leyeron uno de sus poemas titulado Miércoles. También, hubo un grupo musical que interpretó pasillos, que eran del gusto de Villavicencio.
Emotivo, Cristhian Zurita dijo que aún llora la partida de quien fue su amigo y ofreció continuar con el rescate de valores.
«No tengo miedo en decir que me duele y que estoy quebrado, porque eso me reconoce en lo más profundo del alma en aquel punto en el que se juntan mi cerebro y mi corazón a decir que sobre todo esto que hemos enfrentado hay una luz basada en el cariño, la lealtad y en el amor. Hay un camino que se basa sobre todo en la capacidad de construir sueños. No tengo miedo de decir que lloro todos los días, porque eso me reencuentra con lo más profundo de lo que somos», dijo.
Su viuda, Verónica Sarauz, resaltó la personalidad solidaria de Villavicencio y el “dolor” que sentía “por el país”.
“Realmente le dolía cuando se llevaban los recursos públicos esta gente infame y estas personas que atentaron contra su vida, mataron su cuerpo, pero nunca matarán sus ideas”, expresó Sarauz.