OPINIóN

Editorial: El dron de La Roca


Lo que aconteció el martes anterior en la cárcel La Roca revela no solo que el sistema carcelario del país tiene profundas debilidades, sino que, además, el crimen organizado tiene formas impensables de actuar contra sus blancos.

Lo que aconteció el martes anterior en la cárcel La Roca revela no solo que el sistema carcelario del país tiene profundas debilidades, sino que, además, el crimen organizado tiene formas impensables de actuar contra sus blancos. Si bien es cierto que expertos en seguridad sugieren la implementación de escáneres, resguardo, inhibidores de señal celular y hasta sistemas antidrones, los miembros de los grupos de delincuencia organizada cuentan con contingencias para vulnerar los controles cada vez que quieren.

Lo real es que no solo hay una violencia imparable que se ajusta a lo que determina el estudio publicado el año anterior por la Organización de Naciones Unidas, en el que establece que la ubicación geográfica del Ecuador lo convierte en un país atractivo para movilizar la droga hacia otras partes del mundo, sino que, además, pone en relieve la real inquietud de si la delincuencia y el narcotráfico nos sitúa o no en un momento irreversible de la historia.

Preguntémonos:¿ Algún ser querido, amigo o allegado nuestro ha caído víctima del crimen organizado? Y no solo los que han sido asesinados, sino también aquellos que son extorsionados a través de las denominadas vacunas, o los han secuestrado o robado sus vehículos, ya sean estos motos o autos. Y la violencia sigue. De hecho, parece imparable. ¿Volveremos a ser el Ecuador de antes?, ¿Podremos salir tranquilos a cenar con nuestras familias a un restaurante?, ¿o a disfrutar una noche de diversión? Hoy, ni a un parque hay como ir tranquilo, indistintamente de la hora, peor a otro tipo de lugares. El problema del Ecuador, a diferencia de otras naciones del mundo, es que, por tener esa aparente posición geográfica privilegiada, registra la presencia de organizaciones delictivas de al menos tres naciones diferentes: Albania, México y Colombia, con no menos de seis carteles internacionales. Todo apunta a que no demorará el país en convertirse en procesador de droga. Por ahora, sigue siendo una nación de tránsito, pero si continúa con su progreso incontrolable, el crimen organizado puede tener el control absoluto del país. Por eso, es urgente actuar, reforzar las instituciones y mejorar. Esperemos que las autoridades entrantes tengan la entereza para afrontar la situación con la valentía y el rigor que el país necesita.