
La ineficiencia administrativa del gobierno de Guillermo Lasso supera los límites tolerables. No pagan todavía las liquidaciones de la disuelta Asamblea, no ejecutan el presupuesto de las diferentes carteras de Estado, no redactan adecuadamente los decretos-ley para legitimar el carácter de económico-urgente, a fin de que entren en vigencia… Y su ineficiencia la escudan en otros organismos del Estado. Que la culpa era de la Asamblea obstruccionista, de la Corte Constitucional correísta, en fin, siempre buscaron en terceros un culpable. Pero esa negligencia administrativa cuesta vidas. Por esa ineficiencia, los policías no tienen chalecos, no tienen armas, tampoco municiones, los vehículos policiales no tienen un adecuado mantenimiento. Los hospitales no tienen medicinas, no hay el número suficiente de profesionales de la salud, peor especialistas para atender las urgencias médicas de los ecuatorianos, no hay un mantenimiento oportuno a la infraestructura pública en materia de salud, educación, vialidad. ¿Para eso el señor Lasso quería ser presidente? El país se desangra, y a quienes no alcanzan las balas de la delincuencia, los mata la falta de atención oportuna en hospitales porque no hay ambulancias, medicina o especialistas. Auténticos elefantes blancos sin la utilización apropiada por falta del talento humano en unos casos o el equipamiento en otros.
¿Qué pasa, señor presidente, si en la entidad bancaria a la que usted condujo con éxito durante décadas, un cuenta ahorrista se atrasa en el pago de un crédito?, ¿Cómo actúa el banco con un deudor?, ¿Hay lugar al menos para explicaciones del por qué del retraso?, ¿Verdad que no? Ahí sí, enseguida corren las multas, los recargos, los intereses y hasta los cobros por gestión de cobro. ¿Qué pasa si así mismo decide actuar un ciudadano contra el Estado y si gana la acción legal interpuesta, exigir el derecho de repetición? Es deber del Estado garantizar el acceso a la educación pública laica y gratuita a todos los ecuatorianos, ¿lo está logrando? Si hay escuelas y colegios que no tienen ni bancas. Es obligación del Estado garantizar el acceso a la salud pública gratuita y de calidad, lo cual tampoco se cumple, prueba de ello es que no hay especialistas en las casas de salud, tampoco medicina. Y así por el estilo. Ha sido un gobierno nefasto y los ecuatorianos cuentan las horas para que por fin esta administración termine.
