OPINIóN

Editorial: Paros y apagones, la herencia de Lasso


Ecuador está a la deriva. Mientras el presidente Guillermo Lasso continúa con sus complejos de viajero aventurero con los fondos públicos, el país se cae a pedazos. Mientras el jefe de Estado descansaba en un cómodo y lujoso hotel cinco estrellas.

Ecuador está a la deriva. Mientras el presidente Guillermo Lasso continúa con sus complejos de viajero aventurero con los fondos públicos, el país se cae a pedazos. Mientras el jefe de Estado descansaba en un cómodo y lujoso hotel cinco estrellas, en Lima; al norte del Ecuador, los transportistas tomaron una medida de hecho ante la ola de inseguridad que los agobia. El paro se prolongó hasta el amanecer de este jueves 26 de octubre de 2023 y fue el ministro de Transporte y Obras Públicas, César Rohon, quien llegó a ofrecer lo que por obligación debió hacer el Estado: dar seguridad a los ciudadanos que circulan por las carreteras del Ecuador.

El ministro Rohon no terminaba de convencer a los transportistas para que levanten la medida de hecho y en Quito, otro secretario de Estado, salió a darle el regalo de Navidad anticipado al país: Regresan los apagones. Serán por tiempo indeterminado, de forma diaria, por al menos tres horas en el caso específico de El Oro.

Ambas decisiones reflejan no solo el nivel de incompetencia del primer mandatario, sino, también, la falta de decisión política para tomar las decisiones adecuadas en beneficio de la mayoría de ecuatorianos. A escasas semanas de que deje el cargo, su herencia al próximo mandatario es terrible. Pero más allá de su incompetencia, indigna saber que dejará Carondelet más rico de lo que ingresó, con jugosas utilidades en su banco, como nunca antes lo tuvo en la historia, mientras en las calles, continúa desangrándose el país, que sufre las consecuencias de su paupérrima gestión.

En Huaquillas, los actos por la conmemoración de los 25 años de paz entre Ecuador y Perú se vieron empañados por una marcha protagonizada por los habitantes esa jurisdicción en rechazo a la gestión gubernamental, y, sobre todo, a la serie de muertes violentas registradas en el cordón fronterizo.

Los paros, los apagones, las protestas, es la herencia de Lasso, sin contar la ola de sangre y terror cuyo crecimiento es acelerado en todo el país y particularmente en El Oro. No hay día en el que no maten a una persona en esta provincia, mientras el señor presidente sigue de paseo en su despedida.