Edgar Silva
¿El quemeimportismo, la indiferencia, la apatía, el desamor, falta de sensibilidad. Han dejado que la luz del turismo, de la cultura, de la identidad, se apague? Pocos quedan para leer la historia. Qué error, horror, desamor, falta de orgullo, falta de sensibilidad de aquellas instituciones que no actuaron, desde su competencia o no, tuvieron la obligación de protegerlo como: GAD’s, Ministerio de Cultura y el INPC como instituciones rectoras a nivel nacional de preservarlo y conservarlo, Prefectura, Gestión de Riesgos, Turismo, Casa de la Cultura, son cómplices por no colaborar con sus técnicos para evaluar con urgencia su estructura, para mantenerlo presente y sea parte de nuestro convivir y, nosotros como ciudadanos silenciosos, por no exigir su manteminiento inmediato. No se escuden en los eventos naturales y antrópicos su irresponsabilidad de mantenerlos en pie y sigan conviviendo con la Sociedad. La estructura del TANGO BAR colapsó, por falta de control y mantenimiento, provocando su deterioro; la ausencia de atención, recursos, facilidades, voluntad e imposición de leyes a lo largo del tiempo, agravaron su patología, cediendo los pilares soportes de la vivienda y cayó al piso. Era necesaria una evaluación minuciosa del bien, pues esta casa, era una de las pocas construídas de madera que quedaban en el sector y era válido tratar de salvarla, con la mayor parte de sus elementos originales. Levantarlo cual era antes, es la peor forma. ¿Qué vamos a recordar? Muchos culpables tras el colapso de una vivienda patrimonial, empecemos por el Alcalde y concejales. La falta de gestión municipal patrimonial, enfocados no solo a mecanismos de protección de los bienes culturales, sino también a la obtención de recursos para su rehabilitación y mantenimiento. Para ello necesitamos reformar la ordenanza de preservación y protección de su centro historico, para que el dueño de un bien patrimonial pueda intervenir en él, respetándolo, pero rentabilizándolo. No se trata de tener bienes para que se caigan. La incuria debe ser castigada. Zarumeños, debemos tomar la bandera de nuestro patrimonio, con más fuerza y con valentía, porque el resplandor del centro histórico, hay luces que todavía brillan y no dejemos que se desvanezca, porque habemos personas que corre en nuestras venas sangre de cultura y ese torrente sanguíneo es la fuerza que nos impulsa a luchar para que no se pierda este patrimonio y hacer todo para salvarlo, no lo necesario. TODO para mantenerlo en pie y brille con más fuerza.