Algunas familias están viviendo en contenedores por la falta de lugar o porque simplemente no tienen los recursos suficientes para pagar un arriendo. Después de ocho meses esperan la ayuda de los diferentes niveles de gobierno, quienes llegaron los primeros días a levantar informes, pero no hay respuesta. Estas eran las ayudas que recibieron, como camas, colchones y kits alimenticios, higiene, vajilla, etc., pero aquello solo le duró dos meses, desde ahí se ‘olvidaron’ de ellos.

María José Alba Lozano
Han pasado casi ocho meses desde el 18 de marzo que se produjo un sismo de 6,5 con epicentro en Balao, provincia del Guayas, que afectó la parte sur del Ecuador, en El Oro las afectaciones con mayor magnitud fueron en Machala, Pasaje y El Guabo.
En este último cantón hubo 36 familias damnificadas que provenían de La Puntilla, en ese entonces este medio de comunicación acudió el 21 de marzo hacia la parroquia Tendales, el presidente de los comunidad de La Puntilla, Silvio Llorela, nos comentó que como representante, se puso en contacto con la presidenta de la Junta Parroquial de Tendales, María Teresa Guerrero.
Según Llorela, Guerrero se puso en contacto con el Municipio de El Guabo y procedieron a albergarlos en la casa comunal de la Cooperativa 10 de Agosto y otra.
Que si bien las ayudas llegaron por parte de la municipalidad de dicho cantón, estas duraron solo dos meses, luego de aquello a pesar de que por parte de la Secretaría de Gestión de Riesgos, les indicaron que iban a enviar personal técnicos a La Puntilla para que realicen el estudio y por ende emitan el informe de que dicho sector ya no era habitable, el mismo que lo entregarían a la Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, Gabriela Aguilera, para que los reubiquen, no supieron más novedad sobre aquello.
Ayer, al trasladarnos nuevamente a Tendales y dialogar con el presidente dijo que su situación es igual o peor que antes, debido que luego de dos meses, les pidieron que desalojen la casa comunal y el otro lugar donde ellos pernoctaban, porque iban a ocupar dichos lugares.
MÁS HISTORIAS
Es ahí donde empezó nuevamente la incertidumbre, relata, puesto que sus ingresos son por la pesca, trabajo que ‘no les representa mucho económicamente’, es decir lo que generan es para el diario.
Ahora les tocó arrendar ya sea en Tendales o Bajo Alto, el alquiler mínimo de una pieza es de $100, que, si bien para otros no puede ser mucho, para ellos sí, señaló Diana Chalén, otra damnificada.
En el caso de ella son 6 miembros en su familia, por sus hijos fue otra de las razones que decidieron trasladarse para que puedan continuar con sus estudios.
Y aunque los menores se adaptaron sin ningún problema, confiesa que ella y su esposo no es igual, para su pareja que trabaja como pescador cada día se vuelve complicado llevar dinero.
Por lo cual espera que las autoridades no se olviden de ellos, agradece las ayudas que les dieron, pero que eso ya se terminó, por ahora espera que les ayuden con un terreno, legalizarlo y que el Miduvi les pueda colaborar con la construcción de una vivienda en conjunto con el Municipio de El Guabo para que se encargue de los servicios básicos.
Como ella, son más de 100 personas que en la actualidad no tienen una casa propia y están alquilando pequeños departamentos o de la colaboración de los ciudadanos de dicha comunidad, incluso algunos por la falta de recursos económicos pernoctan en contenedores que les prestaron.
Los contenedores están en un terreno baldío un poco lejos del parque de la parroquia, el espacio es de tierra, por lo que cuando llueve se vuelve lodo el piso, las puertas de los contenedores son cortinas alzadas y tienen unos cuantos enseres y camas donde se tienen que acomodar para poder entrar todos.
Criterios
Silvio Llorela:
“Ya no sé si seguir pidiendo a las autoridades, cada vez que he dado una entrevista lo menciono que necesitamos de ellas, pero hasta ahora estamos así, al principio recibimos esas ayudas y agradecemos por eso, pero eso nos duró dos meses, nosotros perdimos todo, tuvimos que dejar nuestras casas que fueron hechas con mucho esfuerzo, ahora estamos arrendando acá pero es díficil, porque nuestro trabajo no da mucho dinero, esperemos que ahora con este proyecto con la empresa privada podamos conseguir un solar”.
Diana Chalén:
“Mi esposo es pescador no es mucho lo que da y como sabe es un trabajo que es para vivir del diario, no genera mucho, ahora pagamos un arriendo, nosotros queríamos conseguir como una casita pero solo son cuartos y como la familia es numerosa es un poco incómodo, y también el costo tal vez para otros no es mucho, pero para nosotros si representa mucho $100, para los niños fue más fácil adaptarse, para nosotros los adultos no, el costo de vida es más caro acá”.
Isabel Reyes:
“Hace poco tiempo perdí a mi esposo, estoy mal y un poco enferma, tengo que hacerme exámenes, estamos aquí en la lucha esperando poder conseguir un terreno, porque todos los que ven aquí lo necesitamos, después del sismo nos quedamos sin nada, yo ya soy una adulta mayor y sería bueno un lugar donde vivir tranquilos, tuvimos que salir de forma inmediata de nuestros hogares, esperamos la ayuda de las autoridades, agradecida con la comunidad”.
