OPINIóN

‘Todas las cosas eran comunes a todos’


Cristhian Reyes

Francisco de Vitoria como fundador de la llamada Escuela de Salamanca, a inicios del periodo de la ilustración y el racionalismo en Europa, transformó el concepto de la ley natural al colocar la importancia sobre la libertad, los derechos individuales y la igualdad. Con el “descubrimiento” del Nuevo Mundo y la caída de la autoridad papal, los estados europeos competían incesantemente por colonizar la mayor cantidad de territorios en otros continentes. Vitoria, consideraba que el origen de la ley era la naturaleza misma, dado que todos los seres humanos nacen y comparten la misma naturaleza, todos poseen los mismos derechos a la vida y a la libertad; por lo tanto, ninguna persona tiene poder sobre otras, porque en un principio todas las cosas eran comunes a todos. Sin embargo, hasta la actualidad razones de guerra han sido la acumulación de poder y la expansión de la influencia.

Los principios de la ley natural y la universalidad de los derechos humanos, se oponían al inagotable deseo de dominación de las potencias europeas. Nacida del cristianismo, la moralidad predominante estipulaba que era legítimo colonizar en el caso de América a los indígenas y gobernantes. Vitoria, consideraba ilegítima esa conquista, basándose en la lógica de que “en un principio, todo era común a todos”. Si los no creyentes no eran necesariamente el mal, y los cristianos cometían maldades, no era razonable que los cristianos tuvieran derechos sobre los paganos. Eh aquí, otra razón para la guerra, el dominio y el control cultural.

No se aceptaba que se justificase la guerra solo porque los oponentes fueran no creyentes o porque rechazasen la conversión. No se pueden forzar las creencias: son un acto de libre albedrío (valores, principios, ideas, etc.; nunca mermó el afán por manipular y destruir, hoy lo vemos reflejado en conflictos y guerras). Así fue, como se estableció los cimientos de los futuros estudios sobre los derechos humanos y el derecho internacional. La doctrina de que los estados guerreros tienen responsabilidades y los no combatientes tienen derechos, se origina en las enseñanzas de Vitoria.