La fecha promovida por el Comité Internacional del Hombre tiene sus orígenes en una iniciativa del Dr. Jerome Teelucksingh, de la Universidad de las Indias Occidentales en Puerto España, que en búsqueda de promover el debate respecto a la salud masculina, reconoce a esta fecha para la conmemoración.
La fecha promovida por el Comité Internacional del Hombre tiene sus orígenes en una iniciativa del Dr. Jerome Teelucksingh, de la Universidad de las Indias Occidentales en Puerto España, que en búsqueda de promover el debate respecto a la salud masculina, reconoce a esta fecha para la conmemoración.
La iniciativa ha sido respaldada por el Programa Mujeres y Cultura de Paz de la Unesco, por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconociendo la importancia del diálogo en temas de género y la salud del varón en la agenda internacional.
Alrededor del mundo se ha ido popularizando la fecha, profundizando el debate sobre la masculinidad en campañas para reconocer las violencias de las que pueden ser víctimas los hombres en la actual sociedad, tales como los estereotipos que los coloca en el rol de proveedores y benefactores.
En noviembre del 2009 el Comité del DIH ratificaron 6 pilares básicos del Día Internacional del Hombre: promover modelos masculinos positivos y más normalizados, celebrar las contribuciones del hombre a la sociedad, hacer hincapié en la salud y el bienestar de los hombres, poner de relieve la discriminación contra los hombres, mejorar las relaciones de género, y crear un mundo más seguro y mejor.
Aunque el Día Internacional del Hombre pueda parecer la oportunidad para competir con el Día Internacional de la Mujer que se conmemora cada 8 de marzo, quienes promueven esta fecha de reconocimiento indican que su reivindicación busca ante todo una mayor igualdad de género, porque es necesario reconocer, que si bien, los hombres trabajadores de clases populares, discapacitados, en situación de calle y aquellos en pobreza extrema merecen recibir una atención prioritaria en su salud, bienestar social, emocional, físico y espiritual, estos no han sido las principales víctimas de la violencia de género a lo largo de la historia.