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Jóvenes profesionales marcan el nuevo rumbo en Machala


Esthefania Palacios Abad, abogada y magíster en Derecho Procesal Constitucional, considera que ejercer su profesión en Machala ha representado un gran compromiso y enorme responsabilidad.

La mirada de la abogacía con enfoque social

Esthefania Palacios Abad, abogada y magíster en Derecho Procesal Constitucional, considera que ejercer su profesión en Machala ha representado un gran compromiso y enorme responsabilidad. Destaca que la ciudad tiene una alta carga procesal, lo que alarga los tiempos judiciales y exige mayor constancia. Sin embargo, ese mismo escenario le ha permitido crecer como profesional, participar activamente en el Movimiento de Mujeres de El Oro y trabajar directamente con personas que necesitan apoyo legal urgente. Para ella, ser abogada en Machala es contribuir a que los derechos no se queden solo en la norma, sino que se apliquen en la práctica.

En cuanto a oportunidades, Palacios señala que Machala le ha dado la posibilidad de litigar en casos complejos y de relacionarse con distintos operadores de justicia. La experiencia en una organización le ha permitido impulsar la igualdad social y defender derechos fundamentales, logrando aprendizajes significativos en cada causa que ha enfrentado. A la par, reconoce limitaciones como la falta de personal judicial y recursos, lo que afecta la agilidad de los procesos, además de la necesidad de mayor sensibilización en género y derechos humanos.

El desafío más grande, admite, ha sido equilibrar su vocación con la dura realidad del sistema judicial y la situación del país. Recuerda que en Machala varios abogados han sido víctimas de amenazas o ataques por el ejercicio de su labor.

A los jóvenes que recién se gradúan les aconseja nunca perder la pasión ni la ética: “El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando”, afirma, convencida de que interpretar, cuestionar y actuar con valores son claves para marcar la diferencia en una profesión donde cada día es una nueva lección.

Psicología con vocación organizacional

Sarita Procel, psicóloga organizacional, asegura que su carrera es mucho más que una profesión: representa pasión, amor y alegría por ayudar a las personas a crecer en su vida cotidiana y laboral. Para ella, ejercer en Machala implica un contacto directo tanto con niños como con adultos, apoyando su rendimiento, desarrollo y bienestar. Ver que los ciudadanos logren superarse en sus espacios académicos y profesionales es, dice, su mayor motivación.

Entre las oportunidades que ha encontrado, destaca el poder desenvolverse en instituciones educativas y organizaciones, generando cambios positivos en el comportamiento de los ciudadanos, especialmente en el mundo laboral y familiar. A su criterio, Machala le ha abierto la puerta para poner en práctica sus conocimientos y brindar acompañamiento que promueva un mejor clima organizacional y social.

No obstante, reconoce limitaciones como la dificultad de controlar comportamientos en ambientes laborales complejos y la escasa investigación empírica sobre el comportamiento humano en organizaciones locales. Estos factores, explica, reducen la posibilidad de implementar estrategias basadas en evidencia que fortalezcan la gestión del talento humano.

Su mayor desafío ha sido alinear el bienestar de los trabajadores con los objetivos de productividad, enfrentando al mismo tiempo los retos de la tecnología, la salud mental y la estabilidad vida-trabajo. A los jóvenes que inician su camino profesional les envía un mensaje alentador: “Este es solo el comienzo de un hermoso viaje. Nunca dejen de aprender ni de confiar en sus capacidades, porque cada desafío es una oportunidad para edificar el futuro que desean”.